Capítulo 29 - TRAICIÓN

1.9K 49 3
                                    

Cuando Sara salió se detuvo a ver como todos se levantaban vitoreando y aplaudiendo a Pierre cuando regresó a la tarima. Mientras se preparaba para mezclar, él la miró y le hizo un guiño, Sara sonrió como niña pequeña.

Al ver que todos se estaban agrupando nuevamente, buscó a Valeria, a Cristian y a Tomás con la mirada, pero habían demasiadas personas bailando. ¿De dónde había salido tanta gente? Parecían el doble de los que habían estado antes del descanso. Tomás había dicho que lo llamara, pero ella había estado en fiestas más grandes y jamás se había perdido, ya los encontraría. Cuando empezó a mezclarse con la multitud, las luces se apagaron, dando paso a manillas, collares y hasta gafas de luces LED que llevaban la mayoría. Sara suspiró cuando la empujaron varias veces y dio la vuelta para regresar, ya fuera de la multitud encontró un baño al que entró para retocarse, luego tendría que resignarse a llamar a Tomás.

Para la fiesta habían adecuado los vestidores del gimnasio con espejos gigantes, Sara fue a lavarse las manos y sonrió al ver que a pesar de haber llorado con Pierre y bailado, su maquillaje de Excel estaba intacto. Ella se estaba aplicando un poco más de brillo labial y arreglando su cabello cuando vio un destello de amarillo tras ella. Era Emma, quien llevaba un minivestido amarillo y la estaba mirando fijamente a través del espejo. Sara no se movió, sólo le devolvió la mirada por el espejo.

—Este mundo es muy pequeño —Emma estaba sonriendo.

—Sí, lastimosamente muy pequeño para las dos —Sara asintió lentamente—. Pero creo que por hoy eso no me preocupa —En realidad estaba tan feliz por su reencuentro con Pierre que ver a Emma no le estaba provocando la misma irritación de otras veces.

Emma se acercó al espejo y se empezó a retocar, su cabellera rojiza iba rizada esa noche. Aunque su maquillaje dramático se veía un poco corrido, Sara se abstuvo de decirle que le regalaría algo del suyo para que dejara de parecer un mapache, eso sólo empeoraría las cosas.

—Por supuesto —murmuró ella mientras corregía la parte negra que se había corrido bajo sus ojos—. Ya sabes que tienes una amenaza más grande, ¿verdad?

Sara la miró a través del espejo totalmente confundida.

—¿De qué estás hablando? ¿Estás borracha?

No, de hecho Emma parecía estar en sus cinco sentidos. Su rostro parecía relajado, tranquilo, como si en realidad estuviera disfrutando ese momento.

—De que tú eres el problema, Sara —Emma se acercó a dos chicas que se estaban retocando y les susurró algo, ellas miraron a Sara y luego, con un encogimiento, salieron de allí cerrando la puerta.

Sara negó con la cabeza.

—No voy a pelear contigo.

—Yo tampoco —Emma se acercó nuevamente y la obligó a moverse para mirarla—. Primero me quitas a Alex y ahora que quiero a Tomás te metes. Pero ahora resulta que no soy la única que lo quiere. ¿Qué vas a hacer, entonces?

Sara sacudió su cabeza, quería preguntarle de qué diablos estaba hablando, pero en ese momento supuso que eso sería caer en su nuevo juego, fuera cual fuera, y no iba a hacerlo.

Emma sonrió.

—¿No quieres saberlo? —inquirió—. ¿Estás segura, Sara? Pues entonces no creo que te importe que Tomás regrese con su ex novia.

Cuando Sara escuchó eso, sintió una lanza atravesar su pecho, hasta se tuvo que tocar para comprobar que nada pasaba, se había sentido demasiado real. Esas últimas palabras estaban retumbando en su cabeza a tal punto que tuvo que cerrar los ojos fuertemente para no enfermarse. No podía ser cierto, después de todo lo que ella le había hecho… pero eso él no lo sabía. Sara se movió para apoyarse en el espejo y cerró sus ojos mientras negaba con la cabeza.

AtrapadaWhere stories live. Discover now