Atrapada

Capitulo 2 - SANTA SOFIA

 Sara lo tomó mejor de lo previsto, la diferencia no iba a ser demasiada y ella incluso vio la posibilidad de convencerlos para que la dejaran retirarse de estudiar y así cumplir su sueño de ser modelo. Pero no fue así, ella tendría que seguir estudiando, incluso ahora tendría que soportar 3 horas a la semana con la doctora Vélez.

Cuando cumplió los 15 años se enteró de la verdadera razón de la separación: su papá era gay. No era tan grave, cosas así se veían todos los días ahora, pero ¿en verdad tuvieron que pasar 2 años de preparación para eso? ¿Y ahora 3 años más para saber si lo había asimilado bien? La pesadilla del colegio también continuó, ya había recorrido casi todos los colegios de la ciudad, tenía una amplia colección de uniformes y su máximo record había sido 4 colegios en un solo año. Pero la lista de colegios respetables se estaba acabando.

—Solo nos queda el Santa Sofía —dijo Erika un día mientras revisaba el catalogo del colegio—. Mira, Sara, si haces que te expulsen de este colegio, vas a tener que ir a uno público. ¿Quieres eso? Sólo quedan menos de dos años ¿Es mucho pedir que actúes como una persona normal?

—¿Un colegio público, dijiste? —Esa idea no sonaba para nada interesante—. Tú no me harías eso.

—Pruébame.

Sara suspiró.

—Está bien, lo haré. Pero quiero entrar a una academia de modelaje.

Erika sonrió.

—Eso depende como te vaya en las primeras semanas.

—Hecho, pero que sea la de Madame Mimi.

—No esperaba menos de ti.

Bueno, eso ya era algo positivo, soportar esa tortura pero entrar a la academia más famosa del país, cuna de las más bellas y famosas, las que no necesitaban ni los átomos, ni las raíces cuadradas para vivir, las que hacían lo que querían. Su futuro al fin estaba brillando.

 El Santa Sofía era el segundo colegio más prestigioso de la ciudad y al entrar por primera vez, Sara se preguntó de cuanto habría sido la suma esta vez por recibirla. Mientras la secretaria le mostraba las instalaciones, ella se fijó como algunos la miraban y murmuraban, pero ninguno se acercaba a darle la bienvenida. Aunque a ella eso no le importaba, no necesitaba amigos de colegio si todo su círculo social era de la industria de la moda. Además, ella era demasiado madura para todos esos niños.

Cuando entró a su primera clase supo la razón de los cuchicheos. Al parecer ella llevaba en su frente un letrero invisible que decía: PELIGRO, NIÑA PROBLEMA.  Todos los profesores la ubicaron en primera fila y también hicieron comentarios irónicos como: “Así que tú eres la famosa Smith...”.

Pero muy al contrario de lo que todos esperaban, Sara fue todo un ángel esos primeros días. Ella llegaba temprano a clase y llevaba todas sus tareas—que a propósito las hacia su vecino Pablo, un chico 2 años menor que también parecía estar en el lugar equivocado, ya debería ser universitario.

La única persona que le habló ese día fue una chica de cabello rojizo y lentes de contacto azules. Ella no se presentó, lo único que le dijo fue:

— Espero que te hagas expulsar de aquí pronto, intrusa.  

Por supuesto, había pasado horas riéndose de la pelirroja.

Los días iban normales en el Santa Sofia, por culpa de la pelirroja al parecer muchos temían acercarse a ella, pero eso no era algo que la preocupara. Un día estaba escuchando música a la hora del almuerzo cuando sintió que alguien se acercaba.