Capítulo 21 - PAZ

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—Val —dijo Sara dando la espalda a las mujeres—. Busca a Mario, si todo salió bien sobre las fotos envíame un mensaje que diga Ok. Si todo está mal... no sé, solo avísame.

—Entendido —dijo su amiga  y salió corriendo. 

Cuando volvió a mirar, las mujeres ya estaban más cerca mientras hablaban sonrientes, entonces por educación decidió quedarse allí y saludarlas.

—Buenos días, Sara. ¿Estas lista? —preguntó la directora.  

Sara intentó darles una sonrisa tranquila.

— Sí, claro. Buenos días.

La doctora Vélez, por su parte, la estaba mirando con curiosidad. Esa mujer era capaz de mirar a las personas como si tuviera visión rayos X.

—Este es un colegio muy bonito, ahora entiendo porque no te quieres ir. —comentó alegremente, aunque Sara comprendió que se estaba refiriendo a su fama de hacerse expulsar de colegios.

La directora aclaró su voz.

—Por cierto, nos acabamos de cruzar con el profesor Gómez y estaba bastante emocionado, nos contó que hoy fuiste la mejor de la clase.

Eso de cruzarse al profesor por casualidad y que hablara precisamente de ella era demasiada casualidad, pero en ese momento Sara dio gracias a cualquiera que fuera el ángel que la estaba ayudando. Que ella hiciera esa tarea y que participara en esa clase había sido gracias al tiempo libre por estar suspendida, pero había resultado mejor que si lo hubiera planeado.

—Fue una clase muy interesante —dijo sinceramente, luego se estremeció cuando sintió su celular vibrar. Mientras sus verdugos reanudaban el paso a su lado rumbo a la guillotina, Sara leyó el mensaje de Val.

“S, ya estamos en el restaurante.”

¿Pero qué demonios les pasaba a todos con sus mensajes? ¿Es que no había sido clara con el Ok?

—Creo que hoy va a ser un día muy interesante —dijo la directora mientras las guiaba hacia el restaurante donde sería el espectáculo y de pronto la confianza que tenía se empezó a desvanecer. ¿Qué había querido decir Val con ese mensaje? Cada paso que daban las mujeres a su lado se escuchaban ampliados cien veces, su corazón latía fuerte y Sara empezó a sentir sus piernas como gelatina.

¿Qué pasaría si todo salía mal y los jueces la separaban de sus papás? ¿A dónde iría?  Ella solo sabía que si algo así pasaba, saldría de allí rápidamente, iría al penthouse, empacaría algo de ropa y luego escaparía y se escondería hasta que fuera mayor de edad. Sara siempre había tenido una estrategia de emergencia si algún día peleaba con su mamá y la castigaba, por eso tenía dinero en efectivo escondido en su habitación y si necesitaba más sólo vendería sus joyas y su celular, con eso viviría por el tiempo que le faltaba para cumplir dieciocho.

Cuando iban llegando al restaurante vio a sus papás sentados hablando, Erika estaba otra vez con uno de sus vestidos elegantes, tenía uno color uva de seda con un collar turquesa y el grupo de compañeros tras ella boquiabiertos que también podrían considerarse parte de sus accesorios. Por su lado William estaba vestido con un traje oscuro y Sara pensó que tal vez estaban un poco elegantes para la ocasión, pero lo importante era que estaban allí y verlos juntos la impulsó a correr en su dirección y abrazarlos. Ella después busco con la mirada a Mario, él estaba sentado en otra mesa con un señor que ella no conocía, ella se movió para saludarlo pero William la tomo de la mano para impedírselo.

—Hija, confía en nosotros, ahora sube a hacer tu parte.

Cuando la doctora Vélez se acercó, su papá se levantó rápidamente para ofrecerle una silla atentamente. Sara miró a la tarima donde ya estaba Emma, ella quería hablar con Mario, pero decidió hacer caso a su papá y acabar con esto cuanto antes.

AtrapadaWhere stories live. Discover now