Capitulo 4 - A LA UNIVERSIDAD

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Una mañana, Sara estaba tranquila en su laptop leyendo un correo de Alex cuando de pronto sintió el golpe de dos manos sobre su mesa, era Emma. Inmediatamente cerró la ventana.

—No has vuelto a clase —dijo ella.

—Estoy en clase, ¿no?

—No me creas tonta, hablo de la academia.

—¿Y a ti que te importa si voy o no? —se suponía que Emma debería estar celebrando. Era cierto, había fallado demasiado a la academia y tendría que dar una buena excusa para que la recibieran sin llamar a sus padres.

—A mí no... pero creo que a tu mamá sí. Esta mañana me la encontré y me preguntó por las clases. Yo le dije que te extrañábamos mucho.

Sara se levantó de un salto.

—¡Eres una maldita chismosa!

—¿Yo? —preguntó inocentemente—. Si fueras a clase yo no tendría que decir eso. Claro que la pregunta es... ¿qué haces ahora en las tardes?

—Tal vez esté saliendo con un amigo tuyo —murmuró, ella simplemente no lo pudo resistir.

—No creo que mis amigos tengan tan mal gusto.

—No se los otros, pero te aseguro que este no tiene mal gusto —Sara agarró sus cosas—. Igual creo que si salen contigo ya dejan mucho que desear —después de marchó antes de estallar y arrancarle sus extensiones. Ella sabía que había dejado a Emma muerta de la curiosidad, pero ahora habían cosas más importantes en que pensar ¿Qué iba a decirle a su mamá?

Cuando llegó a su casa, Erika ya estaba en su despacho en medio de una videoconferencia. Por un momento pensó en entrar sin saludar, pero ya conocía a su mamá, eso sólo haría que pensara que Emma tenía la razón.

—Hola, mamá. Hola, tío —saludó tranquilamente. Era su tío Emmanuel, era el presidente de los Spas H y vivía en Nueva York.

—Hola, princesa. Te ves adorable con ese uniforme —dijo su tío desde la pantalla—. Es mejor que sigamos mañana, Erika. Yo también tengo que dedicarle tiempo a mi hija.

—Está bien. Hasta mañana, y envíale besos a Lisa.

—Hasta mañana, tío —Sara se despidió enviándole un beso.

—Llegas temprano —comentó su mamá mientras apagaba—, pensé que ibas a la academia.

—No he vuelto —Sara decidió hablar primero para evitar el discurso que seguramente ya le tendría preparado. Efectivamente, Erika se quitó las gafas que usaba para trabajar y la miró confundida.

—Pensé que te gustaba. ¿Qué has hecho, entonces?

Sara respiró profundamente y lo soltó.

—Mamá, creo que quiero ir a la universidad.

—¿En serio? —Erika no habría estado más sorprendida si le hubiera dicho que quería ser astronauta, Sara sólo pudo asentir porque si decía algo más no soportaría sus ganas de reír. Tal vez podría decir la verdad, pero Alex era mayor, jamás le permitirían estar a solas con él—. ¿Y qué te ha llevado a pensar eso, hija?

—Un grupo estudiantil al que me uní con… eh, Tomás. —que esperaba que realidad existiera. Pero la reacción de Erika si fue algo que la tomó por sorpresa. Ella sonrió ampliamente y corrió a abrazarla fuerte.

—¡No lo puedo creer, hija. Estoy tan orgullosa!

—Gracias, mamá —Sara se sintió un poco mal, pero al menos era un problema resuelto. Era mejor que pensara que su hija caprichosa había visto la luz de la sabiduría a que se enterara que estaba saliendo con un chico 7 años mayor que estudiaba arte. Ya tendría tiempo después para arreglar lo de la universidad, y aunque le dolía tener que sacrificar la academia, ella ya había tomado una decisión y Sara Smith era bastante seria con sus decisiones. Tomás era la prueba viviente de eso.

AtrapadaWhere stories live. Discover now