Capitulo 3 - ALEX

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Así fueron mejorando las cosas, Sara finalmente se estaba adaptando a un colegio y ya tenía amigos, Pablo seguía haciendo la mayoría de sus tareas y Valeria le ayudaba con el resto. Cuando llegó a ultimo año sus papás estaban tan felices que le prometieron que al graduarse la dejarían vivir en Nueva York para que estudiara en Madame Mimi International, eso quería decir que ahora si iba a ser una modelo famosa. 

Claro que así como ya tenía amigos, también tenía enemigos—o enemigas, mejor dicho—en especial Emma López, la misma que le había dado la cálida bienvenida el día que había entrado al colegio. Sara llevaba casi un año allí y ya había aprendido a conocerla muy bien.

Emma era, para resumirlo, la prueba viviente de que ni todo el dinero del mundo puede comprar el buen gusto. Ella se vestía como en carnaval todos los días, usaba lentes azules y su cabello era un intento de rubio que se había tostado en el camino, era simplemente patética. Justamente unos meses atrás Emma se había inscrito en la academia de Madame Mimi donde Sara ya llevaba casi un año, cuando salía con algún chico hacía lo imposible para quitárselo. Aunque era molesto, finalmente había llegado a la conclusión de que le debía mucho a Emma, porque ella le había quitado a unos cuantos chicos verdaderamente molestos de encima.

Un fin de semana mientras estaba con su papá, Sara soñó con María peinándole su cabello así como cuando era pequeña, pero lo extraño fue cuando ella empezó a decir “No sé en qué momento mi pequeña se convirtió en una mujercita, pero no te confundas en el amor como tu madre. No te confundas” Sara se despertó asustada, esos sueños con María siempre eran tan extraños, siempre le hablaba de cosas tan reales pero ilógicas, cosas que estaban pasando en su vida y que nadie más sabía. Ella jamás había hablado de eso con la doctora Vélez por miedo a que la internara en un manicomio, aunque en verdad si moría por saber a qué se debían esos sueños. Justamente ese lunes al llegar al colegio recordó a María en el momento en que su mirada se encontró con la de chico más impactante que había visto en toda su vida. Aunque era guapo, lo que a ella en realidad la impactó fue lo inquietante y misteriosa que era su mirada.

Sara vio como el chico iba a abrir la puerta del pasajero de su convertible plateado y de allí salía Michelle, la mejor amiga de Emma. Era en verdad alto, tenía cabello oscuro un poco largo y por su forma de vestir Sara supo que no estudiaba en el colegio. Michelle estaba pasándole algo como dinero y Sara no podía quitarle la mirada de encima, en verdad era vergonzoso.

—Hola, S ¿Cómo estás? —dijo Valeria desde atrás y Sara saltó asustada.

—Hola, Val —cuando se recuperó y volvió a mirar en dirección al chico, él ya se estaba subiendo al auto—.¿Sabes quién es?

—¿Él? Es Alex Roberts, el hermano de Michelle. ¿No te parece un poco extraño?

—Normal.

Val sonrió.

—Si, solo estaba pensando que alguien que salga con ‘Barbie rubicunda’ debe ser tan extravagante como ella.

—¿Está saliendo con Emma? —Sara casi gritó. ¿Cómo alguien como él podía salir con el ser humano más insoportable del planeta?

—Sip. Pero entremos, ya es tarde —Valeria casi la llevó a rastras al salón. Sara estuvo distraída en toda la clase. Simplemente no lo podía creer, tenía que saber si eso era verdad como fuera. ¡Claro!, eso era, ella iba a averiguar dónde podía encontrar a Alex y tenía que hacerlo ahora para poder concentrarse en algo más.

—¡Ayyy! —gritó en medio de la clase de Literatura.

—¿Qué pasa, Smith? ¿Está bien? —dijo la profesora. Sara sólo pudo pensar en eso para salir sin sospechas, ella supuso que nadie dudaría de ella ya que en el último año había sido una alumna—bien, casi—ejemplar.

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