Capítulo 27 - SÁBADO

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De camino a la piscina fue revisando su celular, allí estaban las llamadas de Erika de la tarde anterior, también había un mensaje de Harry confirmando la cita de esa tarde para arreglar a Valeria para su cita con Cristian. Sara iba distraída cuando sintió que Valeria se detenía, ella miró a su amiga, luego miró al frente y resopló.

Era Martin Brown, quien venía caminando en su dirección en compañía de un amigo. Sara puso sus ojos en blanco al verlo sonreír.

—Vaya, yo sabía que hoy sería un buen día, pero no tanto.  

Sara suspiró, habían más de diez piscinas en aquel club y precisamente tenían que llegar a la misma que él.

—Martín, el club es muy grande —dijo con calma—, nos gustaría tener una mañana en paz. ¿Podrías concedernos ese deseo o tendré que buscar las esferas del dragón?

—No seas grosera con Ian, Sara —dijo Martín con inocencia—. Él acaba de llegar de Londres y estamos aburridos. Precisamente estabamos buscando chicas para hacer algo.

—Esa es la cuestión, Brown —dijo Val sin ocultar su irritación—, que ninguna de las dos está sola, lo siento.

—Sí, pero ustedes son amigos, ¿no? —Dijo el amigo de Martín con su marcado acento—. Hoy tenemos una fiesta, podríamos ir todos juntos.

—Mira… Ian —empezó Sara—. No sé que te dijo Martín, pero no somos amigos, de hecho preferiría ser amiga de una anaconda.

Val empezó a reír, pero Sara se dio cuenta que Martín la estaba mirando con curiosidad.

—Así que ninguna de las dos está sola —repitió las palabras de Val—. ¿Estás saliendo con alguien, Smith? Es muy extraño que nadie hable sobre esto.

Sara sacudió su cabeza sorprendida.

—¡Debería darte vergüenza reconocer que eres un chismoso!

—Jamás oculto lo que quiero hacer y mucho menos lo que quiero saber, esa es una de las ventajas de tener el poder —él le hizo un guiño y luego pasó en medio de las dos y se alejó. Su amigo Ian, que parecía confundido, les brindó la mano en señal de despedida.

—Adios Ian, ya es hora de que pienses en cambiar de amistades—murmuró Valeria.  

Libres de Martín Brown, ellas nadaron un rato en paz. Sara hizo una mueca cuando su amiga ganó la cuarta carrera consecutiva, em verdad fallar a la academia de Madame Mimi la estaba haciendo perder su estado físico. Ahora que no tenía secretos con Alex podría regresar, pero había algo que le impedia sar ese paso.

—Deberíamos ir a ver a Tommy —dijo Valeria después.

Sara se estremeció, había mantenido oculto en un rincón de su mente lo que había pasado la tarde anterior en el cuarto de Tomás. Ella se alejó nadando mientras su corazón daba tumbos ¿Qué pasaría si él se había dado cuenta? Aunque era una tontería, él había estado durmiendo producto de la fiebre, además, no se podía esconder toda la vida. Era imposible que él supiera lo que había pasado, o mejor, lo que había estado a punto de pasar. Tenía que olvidarlo, decidió, ni Valeria ni Tomás ni nadie podrían saber eso jamás.

Ese día no estaba Juliana en casa, pero estaba Matilde, la nana de Nicky cuidándola. Sara alzó en sus brazos a la pequeña y se tomó su tiempo jugando con ella antes de llegar a su cuarto, en realidad necesitaba tranquilizarse.

—Hola, Tommy —dijeron en coro al entrar.

Tomás se veía mejor, aunque tenía las mejillas enrojecidas, Matilde les había contado que había tenido fiebre en la mañana. Sara estaba jugando con la pequeña evitando su mirada, sentía su rostro caliente.

AtrapadaWhere stories live. Discover now