Capítulo cuarentena y uno| Decisiones.

57.5K 2.9K 318
                                    

Kyara

Después de a ver estado en el casino, y de que Nea ganara, nos fuimos del lugar.
Llegamos a casa en la madrugada y no precisamente a dormir, estaba muy feliz con Nea para dejarlo dormir, jamás pensé que haría algo así, el rostro de esos hombres fue épico, por lo único que me sentí mal fue por las demás mujeres, muchas me veían con odio, otras con envidia y otras... Simplemente me sonrieron.

Finalmente Nea y yo terminamos haciendo el amor.
Y justo ahora me encontraba en la cocina intentando hacer unos simples Hot Cakes.

Si, a las 12:30 del día desayunaremos.

— ¡Kyara! — Escuche la voz de Marcus.

— ¡Aquí! — Marcus, Brad y Ricky, entraron a la cocina.

— ¿Qué haces? — Preguntó Brad.

— Intento hacer Hot Cakes... — Dije volteando el supuesto hot cakes.

— Pero que maldito es Nea, tan tacaño es que no te puede pagar una sirvienta. — Dijo molesto Brad.

— Yo no necesito una sirvienta, puedo hacerlo sola. — Dije con orgullo.

— Kyara, el sartén se esta quemando. — Señalo Ricky. Me voltee y el sartén tenia llamas.

Agarre una jarra y la llene con agua, vacíe el contenido en el sartén: — Ya no.

— ¿Qué apesta tanto? — Pregunto Nea con su bóxer puesto. Los años si que le habían sentado bien.

— ¡Que tacaño hijo de puta eres! — Grito Brad.

— He conocido a malditos, pero tu los superas todos, mira que poner a tu mujer a preparar la comida a esta hora... — Habló Ricky.

— Eso ya es tocar fondo. — Finalizó Marcus.

— Kyara, ¿quieres incendiar la cocina? — Pregunto ignorando a sus amigos.

Lo mire mal: — Esta vez me estaba saliendo mejor. — Se acerco a mi.

— ¿Qué preparabas?, ¿pure de papas?, Kyara sabes que soy alérgico a las papas...

— Eran Hot Cakes.

— Oh, buscare una sirvienta, bueno, varias...

— ¡No!, no probarás nada que no sea hecho por mi...

— ¿Quieres matarme?

— Cuando prepare mis ricos guisos vendrás rogando para que te alimenté...

— ¿De cuántos siglos estamos hablando? — Preguntó sonriente.
Agarre la bolsa de harina y se la vacíe en su cabeza, ya no era moreno, ahora era blanco: — ¡Kyara! — Grito tragando harina.

Todos reímos: — ¿Y qué hacen ustedes aquí? — Pregunto mirando a los chicos.

— Ya lo tenemos. — Dijo misterioso Marcus.

— Amor, pide algo de comer, ahora vuelvo.

Los cuatro chicos se fueron dejándome sola en la cocina.

[...]

Nea

Finalmente llegamos a la bodega, caminamos hacia el sótano y Dorian ya se encontraba ahí sentado.

— Hola Dorian. — Salude mientras me sentaba en frente de él

— Nea, pronto te daré tu dinero, he tenido deudas...

— No me importa, ya te di más tiempo del que se debe dar.

Se aventó y abrazo mis piernas: — Por favor... Tengo un hijo y una esposa...

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now