Capítulo veintidós| Seré tu apoyo.

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Kyara

Acabo de despertar muy feliz, la manera de Nea de pedirme que sea su novia realmente fue hermosa.
Aunque lo que me preocupa es que creo que me estoy enamorando de Nea y se que él no de mi.

Anoche, cuando llegamos de la fiesta Nea me dijo que tenía trabajo que hacer y me tuve que dormir sola; Probablemente se fue a revolcar con alguna puta.

Decido pararme y dejar de torturarme.
Me baño y me pongo unos shorts de mezclilla, una blusa corta color rosa y también me pongo unas sandalias con piedreria.

Bajo al comedor y no veo a Nea por ningún lado.

— ...Hola, buenos días, mi nombre es Delia, soy sirvienta de la casa.

— Hola mucho gusto soy Kyara Ruíz.

En unos cuantos segundos analizo a Delia, es más alta que yo, es de piel morena y tiene el cabello encrespado.

— El señor Balboa me pidió que la complaciera en todo.

— ¿Nea no esta en la casa?

— No, el señor se fue desde la mañana.

— Vaya, no lo sabia. — Me sentía humillada, hasta la sirvienta sabia que Nea no se encontraba en casa.

— ¿Qué le sirvo para desayunar?

— No te molestes Delia, no tengo hambre

— Por favor señora, coma aunque sea un poco, si no lo hace el señor Balboa me despedirá. — En sus ojos se ve suplica y miedo.

— De acuerdo, quiero un cóctel con aderezó y un jugo de naranja. — Sentí satisfacción al ver el rostro de Delia iluminarse con una hermosa sonrisa.

— En un momento se lo traigo.

[...]

Después de a ver desayunado decidí salir a broncearme.
Para suerte mía, la casa de Nea se encontraba cerca de una playa.

Y ahí estaba yo vestida con mi bikini anaranjado, Delia se encontraba conmigo.
El día no estaba muy caluroso, más bien estaba templado.

— ¿Usted de dónde es?

— No me hables de usted, tuteame, pues yo soy de E.U.

— Con razón eres muy bonita.

— Gracias, ¿y tu de dónde eres?

— Yo soy de Brasil.

— ¿Y desde cuándo trabajas para Nea?

— Desde que era niña, la familia del señor venia muy poco así que no tenían muy bien cuidada la casa, el señor Max me ofreció vivir en ella y cuidarla.

— ¿Y tus padres?

Ella me miro triste: — Soy huérfana, bueno realmente no tengo a nadie. — Sentí una puñalada en el corazón, mientras los recuerdos de mis padres llegaban a mi cabeza.

Delia me sonrió: — ¿Y tu cómo conociste al señor Nea?

Palidecí cuando escuche esa pregunta, no le podía decir que Nea me había secuestrado.

— En una fiesta.

— Se ve que te quiere mucho. — Los latidos de mi corazón se aceleraron luego recordé lo maldito que solía hacer y me calme.

— ¿Cómo estas tan segura?

— Por la manera en que te mira, no olvides que los ojos son el reflejo del alma — no supe que responder a eso. — Creo que ya nos deberíamos de ir.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now