Capítulo treinta y cinco| Y vaya que me equivoque.

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Nea

- Odio equivocarme. - Dije molesto.

- Sabes que valió la pena. - Dijo Kyara mientras caminábamos nuevamente al avión.

Solo habíamos estado un día en China, ambos olvidamos que no sabíamos hablar el idioma chino.

- No estoy segura de querer ir a Alemania. - Dijo Kyara.

- Te va a encantar...

Ella me miro con los ojos entrecerrados: - Eso dijiste cuando volamos a China.

- Bueno... Yo no puedo ser tan perfecto... - Agarre su nariz.

[...]

Nuevamente en el avión, Kyara y yo estábamos acostados en la cama, yo verificaba mis mensajes y mis correos electrónicos, todo iba bien en el trabajo, Kyara supuestamente leía un libro.

Deje la computadora en el buró de al lado y me acerque a Kyara.

- ¿Qué lees?

- Sherlock. - Respondió casi ignorándome.

Le quite su libro y lo aventé hacia el sillón: - ¡¿Qué demonios haces?! - Grito molesta.

- Nada. - Ella estaba por gritar pero rápidamente bese sus labios.

Baje mi mano a su cadera y comencé a acariciarla, metí mi lengua a su boca y ella paso su lengua por mis labios y mi lengua, mi pene estaba más que despierto y la erección era notoria.

- Hoy no. - Dijo Kyara separándome de ella.

- ¡¿Qué?!

- Nea, tu y yo todos los días a todas horas tenemos sexo... Quiero descansar un poco de eso, ya estoy harta de que siempre me este doliendo mi entrepierna.

La miro horrorizado: _ Kyara, ¡¿estas loca?!

- Nea... Solo por hoy... Quiero saber que se siente dormir abrazado a alguien sin la necesidad de estar teniendo sexo.

La mire y vi en sus ojos prácticamente suplica, mirándome así no podía negarle nada, ella no lo sabia pero se había convertido en una inmensa debilidad que si ella me pedía que dejara mi oficio que dejara todo, lo haría sin pensarlo, estaba perdidamente enamorado de ella y ni siquiera se en que momento paso.

- Esta bien. - Dije resignado. Me puse de pie y comencé a caminar.

- ¿A dónde vas?

- A darme una ducha. - Dije señalando mi bóxer.

Ella sonrió y supe que a ver sacrificado mi noche sexual había válido la pena con tal de verla sonreír así.

- No te tardes.

- No lo haré mi vida.

(...)

Kyara

No hay nada más hermoso que despertar abrazada y vestida, de la persona que amas. Hací Nea y yo habíamos amanecido hoy.

Después de a ver amanecido juntos, Nea y yo habíamos salido a desayunar y después salimos a caminar por las calles de Alemania.

- Todos se ven muy blancos... - Dije haciendo una mueca de desagrado.

Nea río: - Lo se, es gracioso.

Ambos seguimos caminando, yo observaba lo hermoso que eran sus locales.
Voltee para ver a Nea y el maldito estaba viendo a otra mujer.
Nea sonreía como si hubiera ganado un premio, mire hacia donde el veía y di con una mujer con un maldito cuerpo escultural, la chica se giro y ¡valgame Dios! Era hermosa...
Pero eso no justificaba que Nea la viera.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now