Capítulo diez| Familia.

102K 5K 1.2K
                                    

Kyara

Hace dos días que volvimos de Inglaterra, Nea y yo nos hemos pasado viendo películas, también hemos leído juntos. Él es una gran persona.

— ¿En qué tanto piensas princesa?

— No, en nada.

— No te creo, pero esta bien, por cierto hoy iremos con mi familia arreglate bien.

— ¿Me presentarás a tu familia? — Pregunto nerviosa.

— Si eso acabo de decir, dime, ¿ya puedo confiar en ti?

— Claro. — Lo miro con cara de confusión.

— Tengo que salir, no tardare así que no tendría sentido que te llevará, si te dejó aquí sola ¿no harás ninguna estupidez? — Me observa fijamente.

Muchas cosas pasan por mi cabeza, si me deja sola podre escapar, podre llamar a la policía, podre matarme, podre llamar a papá...

— Si, puedes confiar en mi. — Le sonrió.

— De acuerdo. — Nea se levanta y toma un portafolio. — Ahora vuelvo. — Se acerca y besa mi frente.

Escucho el motor del auto de Nea alejarse, quiero escapar, porque aunque se ha portado muy bien conmigo esta no es vida para mi.
Quiero correr y escapar, pero no puedo algo dentro de mi no reacciona.

Después me detengo a pensar.
El tiempo que he estado con Nea me he dado cuenta que realmente es importante, si huyo probablemente me encontrara y ahora si no sera amable conmigo, pero si me quedó tal vez no tenga otra oportunidad para escapar.

"Él solo quiere tu cariño Kyara, dice la voz de mi conciencia Y aunque huyas él te encontrara y te torturará y de paso a tu familia, nunca has sido una buena persona, tal vez la vida te esta dando la oportunidad de cambiar o por lo menos de hacer algo bien"

Medito mis propias palabras y decido sentarme y prender la televisión.
No hay nada interesante, decido salir y sentarme a ver el mar de lejos.

Recuerdo mi vida.
Yo siempre fui la envidia de todo el mundo, todos querían ser como yo, y me pregunto ¿ahora quien querrá ser como yo? Siento lástima por mi misma.

— Vaya creí que tendría que activar la alerta amber. — Bromea.

— Te dije que podías confiar en mi. — Le sonrió.

— Aja, no te piensas arreglar, nos vamos en dos horas. — Dice neutro.

Me paro y subo a nuestra recamara, buscó ropa en mi armario–ropa que escogió Nea–y decido ponerme un vestido rojo pegado corto.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now