Capítulo treinta y siete| Las cosas cambian.

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Kyara
(6 meses después)

— Hogar, dulce hogar. — Dice Nea mientras entramos a nuestra casa.

— Así es. — Nea y yo sólo tardamos 7 meses de vacaciones, la razón: soy muy celosa y no toleraba que las mujeres lo miraran. — Sigo sin entender porque no dejaste que nuestros familiares vinieran con nosotros. — Hablé.

— Porque eso implicaba traerlos a nuestra casa y conocer su ubicación, no quiero que vengan de visitas...

— Aja. — Camine al sofá y me tire en el, Nea también hizo lo mismo.

Un celular comenzó a sonar: — Hola.

Hey Nea olvide decirte que tenemos una invitación para la fiesta de Abraham, es importante...

¿Cuándo?

Hoy.

Bien, espera un momento

— Kyara, ¿quieres ir a una fiesta en la playa hoy?

— Aja.

Si, nos vemos al rato.

— ¿De qué fiesta es?

— De un mafioso loco.

— Ok, iré a prepararme.

[...]

NEA

Camine a la puerta para abrir.

— Guao, que casa. — Dijo Brad entrando.

— Es hermosa — dijo Ricky.

— No quiero que estén viniendo de visita.

— Hay pero que malo... — Murmuro Brad.

— De seguro follaras con Kyara en toda la casa... — Dijo pícaro Ricky.

— Por cierto, ¿ y Kyara? — Preguntó Brad.

— ¿Kyara ira a la fiesta? — preguntó Marcus.

— Si, se supone que ya estaba lista.

— Quien lo diría, Nea Balboa esperando a una mujer, si que hay cambios eh — dijo burlón Brad.

Lo mire mal: — ¡Kyara! — Grite.

— ¡¿Qué?! — Grito ella.

— ¡¿Ya estas lista?!, ¡Se hace tarde!

Se escucharon pasos y Kyara apareció en la sala, llevaba un vestido color coral, unas sandalias con piedreria y unas gafas de sol, además llevaba una inmensa bolsa en la mano.

La mire de arriba abajo, vaya que el ejercicio hizo efecto, sus piernas están hermosas y su abdomen se comenzaba a formar. Mire a los chicos y también estaban embobados con Kyara.

Me aclare la garganta: — Chicos, ya vámonos. — Ellos la dejaron de mirar.

— Oh, si. — Dijo Brad saliendo y atrás de él, salio Ricky y por último Marcus.

Me acerque a Kyara, la abrace por la cintura y la bese: — Te ves preciosa

— Gracias...

— Pero no quiero que nadie que no sea yo vea tu belleza... — Bese su mejilla y me separe de ella.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now