Capítulo veintinueve| Base de mandos.

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Nea

Acabamos de llegar a la base de mandos.
En esta base se realizan los experimentos masivos, también se guarda mercancía y además es nuestra prisión personalizada.

Después de a ver estacionado el auto entramos a la enorme casa.

— Buenas noches señor Nea. — Me recibe Sara, una simple sirvienta.

— Hola hermosa. — Brad se acerca a Sara y le da una sonrisa coqueta.

— Brad. — Digo molesto.

— Bien, te dejó linda porque ya sabes hay aguafiestas.

— Sara, hablale a Rimi.

— De inmediato señor.

Rimi es la encargada de mantener toda la base de comando en orden, es la mano derecha de toda la organización.
Su trabajo es de suma importancia.

De inmediato Rimi llega: — Hola chicos.

Rimi es una chica alta, delgada y con muy buenas curvas, piel clara, ojos profundamente negros, cabello negro pero en las puntas esta pintado de color verde, labios carnosos y rojos y una sonrisa muy coqueta.
Y si, es hermosa, es por ese motivo que es mi amante favorita. Nunca formalizamos porque ella no era mi tipo, era cierto que la quería y todo pero no me sentía bien con ella como para formalizar una relación.

— Hola Nea. — Camina y me da un beso en la mejilla mientras me coquetea.

— Hola Rimi. — salude también coqueteándole.

— Será mejor que te alejes de Nea, Rimi, ahora es un hombre juntado y futuro padre. — Dijo Brad muy divertido.

Aunque era cierto, me había olvidado de Kyara y de mi hijo en cuanto vi a Rimi.
Rimi de inmediato borro la sonrisa de su rostro y me mira seria.

— ¿Es eso cierto?

Suelto un suspiro: — Si, seré padre y también estoy juntado.

— ¿Y la quieres?

Muy buena pregunta, anteriormente hubiera evitado responder esa pregunta, pero ahora estaba seguro de la respuesta.

— Si, y mucho. — Respondo con sinceridad.

— Bien, felicidades. — Dice falsamente.

Siento como el ambiente se tensa: — No vine hablar de mi vida privada, si no de trabajo.

— Si, hay mucho que mostrarte, vayamos arriba.

Los cinco nos dirigimos al lujoso ascensor, entramos y Rimi marca el piso seis.

Saco mi móvil y miró la hora.
Dios, ya son las cinco con cincuenta y cuatro minutos de la mañana.

De inmediato entró a mis contactos y marco el número de Kyara.

Primer sonido, segundo sonido...

— ¿Nea? — pregunta somnolienta.

— Hola Kyara, buenos días, ¿te encuentras bien?

Ella bosteza y sonrió: — Si, ¿por qué, sucede algo?

— No, sólo es para asegurarme.

— ¿Por qué no llegaste a dormir? — Me pregunta y de inmediato me percató que esta molesta.

— Te dije que tenía trabajo.

— Si, pero dijiste que volverías en la madrugada.

— Tuve otras cosas que hacer.

— Como acostarte con putas...

— Kyara, hablaremos más tarde, mandaré a un chofer a que vaya por ti, alístate porque llegara en 30 minutos.

No la dejó hablar porque finalizo la llamada.
Salimos del ascensor y caminamos a la oficina principal.

Rimi empieza a marcar las tantas claves para abrir la base.

— ¿Vendrá aquí? — Pregunta Rimi.

— Si, ¿algún problema?

— ¿Tanta confianza le has ganado? — Pregunta Rimi incrédula.

Yo sólo le sonrió : — ¿Acaso no sabes con quién estás hablando?

— Si Nea pudo hasta con la ONU, ¿Qué le puede hacer una chica? — Interviene Ricky

Es cierto, por ahora nadie se ha metido conmigo y quien lo ha hecho... Bueno, pues creo que ya deben de estar arrepintiéndose en las llamas del infierno.

— Y dime Rimi ¿qué avances hay?

Entramos a la enorme oficina, en donde hay monitores y pantallas de todo tipo.

— Ya tenemos la bomba terminada, en cuanto a los experimentos ya están preparados, pero falta probarlos.

— ¿Y qué están esperando para ponerlos a prueba?

— Aún no encontramos las personas correctas.

— Dejate de estupideces, tu ya sabes con quienes experimentar.

— Creí que los ocuparías para otra cosa.

— Creíste mal, quiero las pruebas para hoy en la tarde.

— Si, esta bien.

Camino hacia donde se encuentro Noél.
Noél es que el encargado de brindarme toda la tecnología y es mi capitán de mandos.

Noél es ruso, piel clara, ojos verdes, rubio y muy musculoso, tiene 39 años y es soltero (aunque claro que tiene muy buenas mujeres).

— Que hay Noél, ¿qué nuevas cosas me tienes? — Gira su silla, se voltea y me sonríe.

— Ya tengo acceso a la ONU y a la presidencia de E.U.

— Vaya eso si que es genial. — Digo feliz.

— Si, y te tengo más cosas interesantes, Siria quiere atacar a E.U.

— ¿Y yo qué tengo que ver?

— Podremos vender bombas, ha por cierto ya contacte a la base de mandos de Japón, ya tengo información clasificada.

— Bien, tu sigue así.

Noél se pone de pie y me susurra algo en mi oído: — Ya tengo tu pedido.

El camina y yo lo sigo.
Entramos al salón de experimentación masiva.

— Que gusto verte Nea. — Saluda Dio.

Dio es el científico encargado de hacer virus y enfermedades mortales, aunque también hace curas y me realiza experimentos un tanto peligrosos para los seres humanos, él es todo un genio.
Es gordo, piel clara, ojos azules, cabello canoso y tiene 47 años.

Lleva como siempre su típica bata blanca: — Lo mismo digo, ¿cómo va todo?

— Mejor de lo que te imaginas, con los experimentos que tengo podremos tirar a Rusia. — Dice Dio emocionado.

— Por fin, bien, luego veremos eso.

Me despido y Noél y yo entramos al salón donde creamos pistolas y armas de todo tipo.

— Aquí esta. — Me entrega una pistola muy pequeña. — Es la más veloz del planeta, silenciosa y práctica, no hay otra igual.

Yo sonrió y la apruebo.
Después de eso veo los experimentos masivos de Dio, él ha creado un líquido epidémico, consiste en destruir los hueso y defensas de cualquier ser vivo, si alguien es infectado, en tan solo una hora puede destruirlo provocándole un dolor sobrehumano.

A si que si no muere por el veneno, muere por el dolor.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now