Capítulo treinta y dos| Celoso cariño.

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Kyara

Ya han pasado cinco meses desde que Nea me mostró la "base de mandos".

Durante estos cinco meses él ha cambiado mucho, se ha vuelto más amable, las cosas con él están mejor que nunca.
Ya voy en el cuarto semestre de mi carrera y mi vientre ya esta más abultado, en unos días tengo cita con el médico para saber el sexo del bebé.

Nea quiere una niña, si yo también me sorprendí cuando me lo dijo, yo también quiero una niña. Y bueno con mis padres estamos mejor, mi madre me visita muy seguido y mi padre de vez en cuando.

Con mis amigas he hablado una que otra vez.

En este momento me dirijo hacía la universidad.

—...Hey Kyara, hola. — Saluda Enrique.

— Hola Quique.

Enrique se ha convertido en mi mejor amigo desde que entre a la universidad, lógicamente Nea no lo sabe, a lo largo del tiempo que he estado con Nea me he dado cuenta que es demasiado celoso y sinceramente estoy cien por ciento segura que si se lo digo ya no me dejara ir a la universidad.

[...]

Enrique, Theo y Hector estábamos a fuera de la escuela en una heladería porque no tuvimos la última hora, no me preocupo por Nea pues él vendrá ha recogerme en 24 minutos.

Después de a ver estado en la heladería los 3 chicos y yo estábamos sentados en una banca en frente de la universidad. Ya sólo faltaban 5 minutos para que Nea viniera por mi.

— Bien Kyara, nosotros nos vamos. — Dijo mientras Enrique y los otros 2 chicos se ponían de pie.

— Si, honestamente no queremos tener problemas con tu novio. — Dice Hector.

— Por cierto, cuida al bebé. —Me guiño el ojo, Theo aseguraba que seria niño.

— Será una niña. — Lo contradije.

— Te aseguró que será un niño. — Me sonrió.

Yo me reí y cerré unos segundos los ojos, pero al abrirlos quería morir, quería que un meteorito me cayera en la cabeza o mínimo que apareciera Goku y me teletransportará a cualquier planeta.

Nea estaba afuera de su auto observándome a mi y a los chicos, deje de sonreír y los chicos se voltearon hacia donde yo veía.

Hace 2 meses, Theo recibió amenazas por parte de Nea, y bueno los demás chicos habían sido golpeados pero aún así seguían conmigo y no se porque.

— O no estamos en problemas. — Dijo Hector asustado.

— No se preocupen por nada, adiós. — Tomé mi mochila, camine hacía el auto y me pare en frente de Nea. —  Hola mi cielo. — Dije con el tono más cariñoso que tengo.

Nea tenia la mandíbula apretada, sus ojos estaban más negros de lo normal y sus venas sobresalían en su piel, sin duda alguna estaba molesto, no molesto no, Nea estaba furioso.

— Sube al auto. — Fue lo único que me dijo y los dos subimos al auto.

Nea encendió el auto y conforme avanzábamos el silencio se hacia más incómodo.

— Nea dime algo. — Hable.

— Mmm, porque no me cuentas como te reías con esos tipos. — Dijo sarcásticamente. — Creí que te había prohibido hablar con algún hombre que no sea yo.

Error.

— Tu no eres mi dueño Nea, no me gusta que me prohíbas cosas.

Nea freno de golpe y me di cuenta que estábamos en una bodega.
Nea no dijo nada y salio del auto, yo sólo lo seguí. Entramos a la bodega. Vi a Brad, a Ricky y a Marcus, ellos me sonrieron, ya nos habíamos hecho buenos amigos a lo largo de los meses.

Pero la hermosa sonrisa de los 3 se borro cuando vieron el rostro furioso de Nea.

— A mi oficina Kyara. — Dijo serio y con un tono de voz molesto.

Ambos entramos a su oficina y Nea se sentó en una silla de cuero al otro lado del escritorio mientras que yo me senté en una silla de plástico en frente de él.

— Kyara una cosa es que me esté portando amable y otra cosa es que tu ya te estés pasando.

— Pero yo no le veo nada malo el tener amigos. — Le digo alzando más mi voz.

— Pues yo si. —  Nea se paro, camino hacia mi, giro mi silla y se agachó para estar a mi altura. — Kyara te lo explicaré de una manera sencilla, si tu los sigues frecuentando, será mejor que vayas comprando varios vestidos negros porque los vas a necesitar. —  Se ríe victorioso.

— Eres un maldito inseguro. — Solté con desprecio.

—  Vuelves a decir eso y te mato. —  Nea se para y me da una bofeteada que me hace girar mi rostro y logra hacer que la silla en la que me encontraba se desequilibre haciendo que yo caiga al piso.

Tan pronto sentí el frío piso, grité y no por lo frío si no porque el vientre me dolió.

Ricky, Marcus y Brad entraron como locos. Ricky se acerco a mi y me ayudó a levantarme mientras que Marcus llamaba a la ambulancia.

— Nea ¿pero qué demonios te pasa?, ¿como se te ocurre golpearla?, esta embarazada. — Dice Brad.

— Nea has hecho cosas estúpidas pero sin duda esta supera todas. — Dijo Marcus decepcionado.

— No estoy para escuchar sus estupideces, ¿ya llamaron a la ambulancia?

— Si ya le hable, vienen en unos minutos. — Volvió a decir Marcus.

— Salgan de aquí y cuando venga la ambulancia me avisan.

Brad miro a Nea horrorizado: —  ¿Acaso la vas a terminar de rematar?

— ¡Vayanse! — Grito Nea.

Los 3 chicos salieron y nuevamente me  volví a quedar sola con Nea.

Nea me miro fijamente: — Lo siento Kyara, no se que me sucedió.

—  Son celos cariño. — Trate de sonreír pero las lágrimas salieron, estaba muy asustada.

— Si, tal vez.

Él se acercó a mi y beso mis labios: —  Ya llegó la ambulancia. — Anuncio Brad.

— Todo saldrá bien. — Me susurró en mi oído.

Los para médicos entraron, me subieron rápidamente a la camilla, yo veía todo borroso a causa de las lágrimas, a pesar de todo era mi hijo...

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now