Capítulo tres| El secuestro.

122K 5.9K 1K
                                    


Kyara

— ...Que acaso no piensas bajar hermosa. — Escucho una voz a mi lado y volteo, lo primero que veo es a un hombre alto de piel un poco morena y tiene los ojos más negros que he visto en toda mi vida, por lo que se ve es muy guapo, pero este no es un buen momento para fijarme en eso.

— ...Hey, tienes que bajar. — Dice muy serio y entonces recuerdo a los hombres con armas.

— ¿Qué esta pasando? — Le preguntó lo más seria y tranquila posible intentando ocultar mi miedo.

— ¿Tu qué crees que esta pasando? — Pregunta evidentemente divertido.

— ...¿No quiere cooperar? — Pregunta otro hombre que por cierto se ve más malo que el primero.

— ...No, justamente me decía que ya iba a bajar. — Me toma del brazo y me guía hacía la sala.

Veo que todos los que se encontraban en la fiesta están asustados.
También veo que otro hombre entra y los demás sacan a todos los hombres dejando solo a mujeres.

— ...Oye Nea, ¿qué haremos con los chicos? — Le pregunta el segundo hombre que vi en las escaleras y ahora se que el que me tomo del brazo se llama Nea.

— Llévenlos a la bodega del sur, ya luego veremos para que nos sirven. — Ordena. — Chicas, será mejor que cooperen y se porten bien, créanme no me gustaría tener que matar a alguna de ustedes. — Dice y sonríe con cinismo.

No se cuanto tiempo pasa, pero ya puedo ver la luz del día así que imagino que son entre las ocho y nueve de la mañana.

Veo que llegan varias camionetas negras y más hombres. Empiezan a sacar a todas las chicas y cada vez veo que se acercan más a la esquina en la que yo me encuentro.

Cuando un hombre se acerca y me toma del brazo escucho a ese tal Nea.

— A ella no te la lleves, me la llevaré yo. — Dice con una sonrisa que me aterra.

Nea camina hacia mi, miró a mi alrededor y noto que Nea y yo somos los únicos que nos encontramos todavía en esa casa.

— ¿Q-qué m-mme vas a hacer? — Preguntó bastante asustada y con unas cuantas lágrimas en mis mejillas.

— No te preocupes, mientras no hagas estupideces no te haré nada, vámonos.

Reflexionó que lo mejor que puedo hacer en este momento es cooperar y camino tras él, me abre la puerta de su hermoso auto negro convertible y me indica que suba, inmediatamente lo hago, él también sube y arranca a toda velocidad haciendo rechinar las llantas del vehículo.

[...]

Llevamos alrededor de media hora de viaje y no hemos hablado, yo solo miró el paisaje, vamos en una carretera en medio del desierto.
El chico que esta a mi lado, Nea, no se ve realmente una mala persona pero tampoco se ve de confianza, ya es más de medio día y no he comido nada, la verdad mi estómago implora comida.

— Oye ¿no tienes nada de comer? — Preguntó tímidamente.

— Pues en que crees que estas ¿en un viaje? — Responde molesto.

— L-lo ssiennto. — Respondo tartamudeando con bastante miedo.

Pasa alrededor de otra media hora y nos paramos en un restaurante de comida rápida con una ventanilla abierta.

— Quiero dos hamburguesas y dos jugos. — Le dice a la chica que atiende.

De la ventanilla nos dan lo que Nea ha pedido y él vuelve a arrancar.

— Toma. — Me da una hamburguesa y un jugó de naranja, yo los agarro como si me estuviera entregando la joya más preciada.

— G-gracias. — Le sonrió como una niña pequeña.

Así transcurre el tiempo hasta que me doy cuenta de la terrible situación.

— ¿A dónde me llevarás? — Pregunto alarmada.

— Mmm dime, ¿a dónde se llevan a las personas que se encuentran secuestradas? — Pregunta con una sonrisa terrorífica en el rostro.

Me pongo pálida, lo observo y él a mi, esta tan serio que me provoca más miedo del que ya tenia. Entonces caigo en cuenta de que he sido secuestrada de verdad y que no es un mal sueño.

Y es el momento de pensar que jamás volveré a ir a la universidad, que tal vez jamás volveré a escuchar a mi padre quejarse de la manera en la que me visto, que tal vez jamás volveré a escuchar a mi madre quejándose por mis malas costumbres, que jamás volveré hacer la reina del baile o que jamas volveré a reírme junto a Janell.
O peor aún, tal vez jamas volveré a ser libre.

Al Lado Del MafiosoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt