Capítulo 25: Algo así como la Primera Cita (Parte III)

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Esas simples palabras causaron que mi cerebro se convirtiera en un oasis de confusión. Como si un rayo hubiera iluminado mi cerebro, causando que todos los pensamientos ocultos en la oscuridad se delataran, y causaran aún más tribulación en mi mente inmersa en el desorden.

En el caos de sentimientos, sensaciones, pensamientos y demás que me sacudía en el momento, caía una sola revelación: Esas caricias que me estaba dedicando, esas palabras que acababa de pronunciar, esa oscuridad extraña en la que estábamos inmersos...Distaban mucho de ser inocentes.

Así es, o al menos eso pensaba yo en aquel momento. Mi instinto me decía que él no me había guiado hasta esta habitación con el ingenuo propósito de mostrarme algo. No, no era así. O al menos no era así interiormente, en el fondo de su alma tenía otras intenciones. Como si quisiera hacer cosas mucho más ocultas, prohibidas, pecaminosas. Cosas que yo misma me había censurado años atrás, y que ahora con la presencia del muchacho moreno acababan de revelárseme como atractivas.

No creo que fueran todas suposiciones mías. Había algo sumamente sensual en la manera en que me tocaba y en el tono de su voz. Y esas pequeñas palabras que me dedicó...Y la cercanía de la cama...Y la oscuridad que nos envolvía...Y la puerta cerrada...

"Demonios, este chico quiere sexo"

"¿Y tú no se lo vas a dar?"

"Claro que no"

"Ya te quiero ver después..."

"Cállate"

Más allá de que mi Inconsciente me molestara, tengo que admitir una cosa: La idea de tener sexo ya no me resultaba tan repulsiva como antes. Unos años atrás (más bien, unos meses atrás) la sola idea de que alguien me hiciera el amor era el mayor asco del mundo. Pero ahora, con Saul...No es que fuera a tirármele encima o algo por el estilo, pero si él lo proponía, quizá hasta podría tomarlo en cuenta. Quizá lo consideraría. Quizá.

Pero ese no es el punto ahora. El punto es que Saul y yo estábamos solos en esta habitación que solo contenía una cama y una pequeña cómoda. No había demasiadas cosas que hacer allí. Así que sus intenciones solo podían ser dos: O en realidad deseaba mostrarme algo, o en realidad deseaba arrastrarme a la cama y cumplir con esos extraños deseos ocultos, que se traslucían en sus caricias y en esa manera tan particular de hablarme al oído.

Salí de mis pensamientos cuando sentí que su mano derecha (que hasta el momento había reposado en mi cuello de manera pasiva, sin hacer nada más que rozar la piel apenas con los dedos) se desplazaba suavemente hacia mi mejilla, dejando un rastro de fuego en el camino. Suspiré al sentir que me acariciaba, tocando la piel de una manera dulce. Me volteé y lo miré a los ojos. A pesar de que estábamos envueltos en tinieblas, pude ver sus ojos pardos brillando en la oscuridad como dos estrellas. Brillantes, húmedos, cubiertos de un halo de timidez y deseo.

Sentí que su cara se aproximaba a la mía y mi respiración se aceleró. Sus rizos me hacían cosquillas en la cara, sentía su respiración contra mi mejilla, su fuerte aroma a colonia copaba mis fosas nasales. Demonios, en cualquier momento me dejaría llevar y quién sabe como terminaría esto.

Se inclinó y sentí sus labios rozar mi mejilla. Fue solo un breve momento: inmediatamente se alejaron y el lugar que antes ocuparan se coloreó de carmín por mi sonrojo. Intenté observar de nuevo esos hermosos ojos pardos, pero habían desaparecido, tragados por la oscuridad. Lo llamé, pero él no contestó. Comencé a preguntarme si no estaría jugando conmigo, aprovechando que no había luz y que yo estaba vulnerable.

De repente volví a sentir sus labios, esta vez en mi otra mejilla y más cerca de la comisura de mis labios. Me volteé e intenté agarrarlo por el cabello o por la ropa, pero su cuerpo se esfumó de entre mis brazos como un fantasma y desapareció. Las tinieblas de la habitación y las ropas oscuras que vestía el joven no me permitían ubicarlo en la leve claridad que ofrecía la ventana. Volví a quedar sola, parada en el medio de la instancia, roja como un tomate y sintiéndome extrañamente incómoda y al mismo tiempo deseando por más.

War in the Jungle (GUNS N'ROSES) #HairRock #GNRAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora