Capítulo 5: La Caída

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Lo que siguió fue una sucesión de malentendidos entre Victoria y yo. Como si toda aquella temprana familiaridad que habíamos logrado se hubiera desvanecido en la bruma de la mañana. Como si ella ya no me registrara, ni recordara todas las amabilidades que había tenido para conmigo

No pude encontrar de nuevo ese lugar común, ese punto de encuentro, esa misteriosa intimidad que habíamos compartido durante mis primeros dos días de trabajo, y que la había llevado a invitarme a su casa, a bordar mi nombre en el delantal, a invitarme a formar parte de la "familia" del empleados del bar "Pure", e incluso permitirme robar panecillos de las bandejas cuando tenía hambre. No sé si me tenía lástima, compasión, o si era solo una muestra de su inagotable gentileza, pero se había comportado demasiado bien. Podría haber hecho como Larry e ignorarme completamente, pero no lo hizo. Me había incluido, y yo había rechazado esa oportunidad.

La confianza había sido quebrantada por mi súbita huida de su hogar, sin ninguna razón aparente (o eso al menos pensaba ella). Mi excusa no la había convencido y había tomado todo como una enorme falta de cortesía. Como si yo realmente no deseara ser su amiga. Como si en realidad mi única intención fuera exprimirla como un limón, aprovecharme de su amabilidad hasta que ya no le quedara nada y me complaciera por pura costumbre. Lo cierto era que yo no deseaba que ella me, digamos, "consintiera". Sólo quería ser su amiga, pero ahora, tan temprano, ya le había dado una mala impresión, y ahora mismo sentía que había perdido a Victoria para siempre.

Al día siguiente, cuando regresé al "Pure" con un nudo en el estómago, ella no pareció tenerme en cuenta. No me recompensó con una de sus sonrisas luminosas de dientes blancos y brillantes. No rió como siempre. No me saludó con una palmada en la espalda. Se limitó a articular un seco "Hola" y continuó con sus actividades. No volteó a verme cuando dejó la cocina. Ni siquiera me esperó, como siempre, para que repartiéramos juntas como un equipo. Ese día trabajó cada una por su lado y me atrevería a decir que lo hicimos peor que nunca. Yo, al menos, tuve la peor racha de toda mi breve historia en el bar. Confundí pedidos, olvidé órdenes, llevé la comida tarde o a mesas equivocadas. Victoria no lucía tan desorientada, pero no parecía tan dispuesta a la conversación como otros días. Se comportaba cortante y lacónica con los clientes, al punto de marcharse en el medio de una conversación. Esa noche la miré marcharse, con sus jeans, sus zapatillas azules y su remera fluorescente hacia la oscuridad del Sunset Strip, y sentí que todo aquello era mi culpa. Me marché a casa aún sintiendo el enojo de los clientes, las miradas reprobatorias de Larry y la culpa. Y una migraña tremenda.

Los siguientes días pasaron como en una nebulosa, abrumados por la familiaridad y la similitud entre ellos. Mi rutina era siempre la misma: despertarme a las 5, darme una ducha (la primera ducha fue como un milagro matutino para mi cabello y mi piel), desayunar tostadas y caminar hasta el trabajo a las 6. Allí trabajaba durante todo el día sirviendo mesas, intentando por todos los medios no repetir las equivocaciones de aquel funesto día. Luego salía del bar a las 8, regresaba al hotel, comía y me acostaba a dormir. No había demasiadas diversiones en el hotel, más allá de escuchar "divertirse" a mis vecinos.

El trabajo de mesera comenzaba a antojárseme monótono, especialmente para un espíritu libre como el mío, que deseaba más que el simple acto de levantar pedidos y servirlos. Me atormentaba el pensamiento que, si no hubiera pasado lo que pasó con Victoria, todo sería mejor. Probablemente estaríamos haciendo un equipo, divirtiéndonos y riendo, y nuestro lugar de trabajo sería el más acogedor del mundo. Pero como ahora mi única compañera de trabajo apenas si me hablaba, me sentía sola y esto me hacía pensar mucho en lo horrible que era el bar y en cómo me gustaría trabajar en el Whisky A Go-Go, viendo recitales de rock y sirviendo bebidas a gente como yo.

War in the Jungle (GUNS N'ROSES) #HairRock #GNRAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora