Capítulo 19: A Day at the Races

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No voy a mentir: La idea de ser la novia de Saul no era para nada repelente.

Aunque no fuera más que una equivocación de su madre, la verdad me sentía cómoda en el papel. Sabía muy bien que en realidad era una farsa: que él y yo no éramos novios, que su verdadera pareja era Melissa y que yo solo era una amiga. Pero la sola idea de que ese hermoso muchacho de cabello alborotado y tez bronceada por el sol pudiera llegar a amarme me producía mariposas en el estómago y me ponía la piel de gallina.

Mi mente había cambiado en estos últimos días, experimentando un giro de 180 grados con respecto a mi política anterior. Anteriormente, yo esperaba que Saul me correspondiera. Es decir, básicamente no hacía nada: simplemente esperaba que él diera el gran paso. Ahora, desde el beso en la mejilla que le había dado aquella noche en el "Jewel", estaba decidida a actuar. Ya no esperaría a que él se enamorara de mí, ahora mi intención era enamorarlo.

Sin embargo, no sabía si mi nueva ofensiva daría resultado. Por la actitud del joven en los últimos días, intuía que sentía una gran contradicción: por un lado le gustaban mis aproximaciones, pero por otro se sentía culpable y deseaba alejarse de mí antes de que yo continuara con mis acometidas. Seguramente Melissa debería tener algo que ver en todo esto. Después de todo todavía era su novia. Y yo sabía que si combatía cara a cara con Melissa perdería por mucho. Mis probabilidades eran bastante bajas, ya que ella ya tenía una relación con él.

Pero no todo era tan malo: yo avanzaba como Napoleón sobre el terreno. Melissa podía comenzar a tener miedo: Yo ya tenía una batalla ganada, que era la de su familia. Si algún día llegaba a ser algo más que su amiga, entonces no tendría problemas con esa instancia tan temida.

Cuando era una niña, mamá solía darme muchas advertencias sobre el amor. Según ella, no era más que un montón de promesas vacías y mentiras, y citaba su relación con mi padre como ejemplo. Yo no lo conocía, pero a juzgar por las historias de mi madre, era un bastardo que me había abandonado. Lo peor de esos relatos es que yo los había extendido a todas las relaciones del mundo. Cuando me cruzaba con alguna pareja feliz por la calle, lo primero que pensaba era "Vamos a ver cuánto les durará la felicidad". Las cosas que mamá me había enseñado eran bastante tóxicas, pero yo las creía como si se trataran del libro de la vida.

Entre sus postulados, figuraba el tema de la familia del novio: según ella, la madre del muchacho era el principal obstáculo a traspasar. La pintaba como una bruja de largas uñas y dientes sucios, con ruleros en el cabello canoso, maquillaje de payaso y lengua filosa, cortante. Intentaría, como buena arpía que era, arrebatarme a mi novio y devolverlo al nido en que ella lo había protegido durante años. Yo creía en eso, pero ahora acababa de conocer a Ola, y toda mi imaginería implantada se había ido por el caño. Mi futura suegra (si tenía suerte) era bonita, joven, tenía cabello lindo y era muy divertida y compinche con su hijo. Incluso nos había recomendado que usáramos protección...Se ve que no pretendía retener a su hijo en su hogar, sino permitirle volar alto. Y eso era una buena noticia.

Además, yo parecía agradarle bastante. Eso significaba que mis avances estaban dando resultado...Ahora solo tenía que avanzar sobre Saul. Seducirlo, en el más puro sentido de la palabra. Estaba decidida a hacerlo. Ya no podía aguantar estas mariposas en el estómago. Debía hacer algo, por más mínimo que fuera, por enamorarlo. Si me correspondía, había vencido. Si no, ya sabría que no tenía sentido continuar, y me desharía de este amor como de una piel vieja (en mi interior sabía que no sería tan fácil, y que probablemente me deprimiría bastante si el muchacho no me quería).

En resumen, debería comenzar a actuar. ¿Y qué mejor manera de empezar que con una salida? Si salíamos del habitual circuito del Sunset Strip (en donde sería fácil que nos reconocieran y que todo se arruinara) e íbamos a un lugar ajeno donde nadie nos conocería, hablar con él y llevar a cabo mi plan de seducción sería mucho más fácil. Y más aún si no estaba Steven ni Melissa. Esta oportunidad era simplemente perfecta: Nuestra única compañía eran Hope, Peace y Duff, y ninguno de ellos se interpondría en mi camino. Por lo tanto, decidí presionar para que nos fuéramos lo antes posible.

War in the Jungle (GUNS N'ROSES) #HairRock #GNRAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora