P. D: Te Amo {Sheo}

Capítulo 77

1 año después...

Theo

-Vane, ¿Por qué no has dormido nada?

Le digo a la chica poniéndome a la orilla de la cama. Ella entrelaza sus dedos con los míos y evita los tubos por los que fluye el medicamento y el suero.

-¿De qué sirve que duerma? Mi cuerpo ya está infestado de cáncer

-Vanessa, no es un buen chiste jugar con ello

Rio bajamente.

-Tranquilo, cariño -hizo una larga pausa para recuperar fuerzas -Dame la oportunidad de ser algo divertida.

Sonreí de lado y me quedé apreciando su cara, ya que ella tenía los ojos cerrados. Veía las nuevas arrugas en su cara, las ojeras, manchas, el cáncer en verdad la había deteriorado, no parecía tener 23 años, todo lo contrario, la enfermedad acabó con ella y tenía la apariencia de una señora de 30 años.

-¿Dónde están los niños? -preguntó luego de un tiempo.

-Están con Nadine -le respondí casi de inmediato, veía una ligera sonrisa, sus ojos se centraron en los míos.

-¿Podrías traerlos?

-No es lo adecuado Vane.

Tosió fuertemente -Solo me quiero despedir, un último deseo no le hace mal a nadie.

Sonreí y me levanté de mi asiento. Fui hasta la habitación de mis hijos, ambos estaban jugando con el Xbox.

-¡Hey! Chicos -asomé la cabeza por la puerta

-¿Qué pasa papá? -dijo Tobi sin despegar la vista de la pantalla -¿Ya es hora de la cena?

-No, quiero que vengan un momento

-¿A dónde? -preguntó Peter -La partida es interesante y no quisiera perdérmela

Rodeé los ojos, ahora con 9 años es más sencillo cuidar a mis hijos, pero más difícil educarlos.

-Solo, páusenlo un minuto, Vanessa quiere hablar con ustedes.

Muy a cuestas, tuvieron que dejar su juego y prestarme atención.

-Iré por su hermana, ustedes vayan a mi cuarto

Se dieron media vuelta caminando en dirección al lugar que les dije. Yo fui por mi princesa, que estaba en el estudio. La vi sentada en mi escritorio y tenía varios pinceles encima de este.

-Hola, nena -le dije entrando

-Hola papi -apartó la vista de su boceto y me miró -¿Puedo ayudarte en algo?

Sonreí ante el hecho de que mi pequeña ya sabía pronunciar correctamente las palabras, después de un año de llevarla a regularización, al fin lo había logrado. Y otra cosa por la que me ponía todavía más contento... mi niña ya sabía que yo era su papá, y el escuchar esa palabra salir de su boca, me regocijaba en una alegría inimaginable, y ya había pasado un año de ello, peor lo recuerdo muy bien.

-De hecho sí, necesito que vayas con Vanessa

Frunció el ceño.

-¿Con tu esposa? -lo dijo algo sorprendida ya que Mia jamás ha visto a Vanessa -¿Hoy conoceré a tu pareja?

-Claro, amor -bajó de su asiento y me tomó de la mano. Salimos del cuarto y nos dirigimos nuevamente hasta mi recámara.

Al entrar, mis hijos ya estaban a su lado, platicando y riendo. Yo pasé por delante de mi niña y ella se ocultó detrás de mí sin soltarme de la mano.