Capítulo 34: A nosotros, los ninja.

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Todos los Bijuu comenzaron a levantarse dando a entender que el sello había funcionado. Varias rocas comenzaron a rodear sus cuerpos enseñando que estos iban a ser encerrados y luego de unos segundos se formaron nueve grandes círculos como si fuesen planetas, por lo que sasuke sonrió con malicia.

—No queda nadie que se interponga en mi camino —anunció el Uchiha viendo como los Bijuu se iban elevando—. Salvo tu, Naruto.

—Libera a los Bijus ahora que ya eran libres... No sé si es porque me llevo bien con ellos, pero sé que no harán nada malo.

—Supongo que era demasiado bueno para ser cierto, Indra y Asura siempre toman los mismos caminos —cuestionó Hagoromo.

El sabio de los seis caminos, miró en dirección a Kanade quien lo observaba de igual manera. Este tan solo le asintió demostrándole que debía de estar lista por cualquier cosa que llegara a pasar, así que tan solo asintió a la petición el sabio y miro en dirección a los chicos que estaban decididos a enfrentarse el uno al otro.

—Parece que sigues sin entender... Naruto, ahora que eres Jinchuriki de todos los Bijus tendré que destruirte, eso quiere decir que es inevitable, voy a matarte.

—No... el combate entre hermanos termina aquí —anunció Naruto en un suspiro. El azabache dio media vuelta y comenzó a caminar.

—Entonces serás el primero —comentó siguiendo su camino al valle del fin.

La Uchiha, se quedó parada en el mismo lugar decidida a no seguirlos, sabiendo que la pelea era sólo de ellos. Si Naruto continuaba con vida, la meta de Sasuke nunca sería cumplida y si el Uchiha permanecía con vida, la paz nunca llegaría a ellos.

Pero no estaría tan lejos, su cuerpo le indicaría cuando alguno de ellos moriría y ahí sería el momento justo para interponerse.

— ¡Yo, sé que no puedo hacer nada! —gritó Sakura demostrando lo impotente que se sentía al ver como se alejaban—. A pesar de lo mucho que hemos compartido, ¡De todo lo que hemos conseguido! —la azabache miró por encima de su hombro a la pelirrosa—, aún así no podemos detenerlos, ¿Por qué tienen que pelear a ese grado de querer morir?. No puedo morir con ustedes, incluso ahora, todo lo que hago es patalear y llorar. ¡Soy patética! ¡Pero... —se detuvo y miró a Kanade—, pero Sasuke! ¡Si tienes un diminuto hueco en tu corazón para mí! ¡Por favor, no te vayas otra vez! —rogó Sakura demostrando su dolor.

Un enorme ardor se formó en su mejilla luego de haber recibido una cachetada por la azabache quien la miraba con tristeza.

— ¡Basta, Sakura! No mereces que alguien te menos precie de esa manera, deja de llorar y de suplicar un poco de migajas de amor de Sasuke —habló la Uchiha y Sakura abrió levemente los labios al notar que Sasuke la miraba por encima de su hombro con cierto repudio—. Ninguna mujer merece pasar por este sufrimiento.

— ¡Estoy harta, Kanade! —gritó Sakura al darse cuenta de lo muy estúpida que estaba siendo—. No puedo soportar esto, que nada haya cambiado a pesar de todo lo que hemos hecho. Que ellos deseen enfrentarse y que no les importe su muerte.

—Sakura, esta pelea es de ellos, no de nosotras. Ambos tienen que hacer algo para estar tranquilos —señaló y la pelirrosa la pasó de largo con cierto esfuerzo.

—No tengo chakra ahora, pero si tan solo me escucha...

—Voy a detenerte aunque sea lo último que haga, así que no sigas avanzando —regañó, siendo ignorada.

Sasuke, miró en la dirección de ambas y pronto, continuó su camino hacia el valle del fin. Todos escucharon como Sakura caminaba hacia Sasuke, pero pronto, cayó inconsciente, asustando a todos.

Kanade ShippudenWhere stories live. Discover now