Capítulo 26: Siempre los hemos querido.

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Tensei Fūin:

Kanade despierta.

La tecnica prohibida es liberada.

Narrador omnisciente.











El hombre de cabellera naranja levantó la mirada ante la señal que le llegó al santuario, las águilas aletearón estrepitosamente y muchas otras, permanecieron en su sitio inquietas, intentando levantarse por los aires, pero gracias a la gran cantidad que ya se encontraba aleteando en el cielo, prefirieron mantenerse al margen.

Podrían chocar las unas a las otras y causarse grandes daños.

Kenzo, miró en dirección al gran jefe sabio, dandose cuenta que la esfera de cristal que tanto protegió se quebró en dos y este, la miró en silencio. Comprendiendo que algo ocurrió y por ello, todos estaban en alerta.

—Señor Yorokobikakin, ¿ocurrió algo? —cuestionó preocupado y notó como este lo miró por encima de su hombro.

—Sí, Kanade despertó —informó.

El águila permaneció en silencio, tratando de asimilar las palabras que su superior le dijo con tanta tranquilidad, como si fuese capaz de entender lo que estaba ocurriendo. No entendía a lo que se refería, ¿cómo que Kanade había despertado?

— ¿A qué se refiere? —interrogó, confundido.

—Ya no está bajo mi control, el cuerpo que estaba sellando a Kanade ha desaparecido y la paz que le otorgué para manipularla y no hiciera nada peligroso, se esfumó y quedó anulado —respondió, tomando entre sus manos el cristal partido en dos partes—. Durante todo este tiempo, la protegí encerrandola dentro de un sello que coloqué encima de su maldición en cuanto la otra se manifestó en su cuerpo. Lo que ella experimenta se le conoce como Tensei Fūin —enseñó aquella esfera mientras apretaba los labios—. Algo ocurrió, quizá le arrancaron parte de su chakra y eso causó un desvalance, provocado que la persona encerrada en su interior se manifestara por medio de un clon. Es un jutsu maldito, prohibido desde generaciones antiguas, una persona es sellada dentro de otra para acumular chakra y así, pueda manifestarse en cuanto lo crea necesario, invadiendo y desapareciendo la verdadera escensia del verdadero dueño del cuerpo. Sin embargo, gracias al sello que le coloqué, logré controlarlo —se cruzó de brazos y llevó su mano a los labios—. No entiendo porqué Madara hizo ese movimiento, no sé con qué proposito lo realizo y menos, quién es la persona que estaba dentro de Kanade. Si esto sigue así, tendremos un gran problema...

— ¿Ese es...?

—Al final, ellas tendrán que luchar para ver cual de las dos se queda con el cuerpo que las porta —respondió, cortandolo de tajo —intento no sentirse preocupado, pero le fue imposible—. Me preocupa pensar que Kanade pueda perder y morir...

Admitió, sabiendo que el duro final podría acercarse pronto y que llegase a perder a Kanade, la discipula que tanto atesoró y protegió de todo lo malo a pesar de que ella ya estaba cegada por la maldad del mundo tan cruel que le quito a su familia.
— ¿Qué hará ahora, gran sabio?

—Debo de informarle Bushido, ya que lo más seguro es que la verdadera Kanade se encuentre confundida y sumamente furiosa. Verdaderamente furiosa —repitió—. Yo no seré quien le explique.

Una pequeña águila apareció frente a ellos y tras una reverencia en señal de respeto, se le entregó una nota la cual acomodó en su espalda. Con la misma, hizo el mismo gesto tratando de no perder aquella enseñanza que le dieron desde que salió de su cascarón y, tras darse media vuelta sobre su mismo eje, desapareció de la vista de estos en una bola de humo.

Kanade ShippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora