Capítulo 28: Fuerzas aliadas ninja.

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Narrador omnisciente.









Obito, retiró la máscara de la persona que yacía encadenada justo en la cima de la cabeza del Jūbi, mostrando a un adebilitada azabache que mantenia la mirada perdida y ojeras en sus párpados. No había fuerza alguna en su cuerpo, todo su chakra estaba siendo controlado por aquellas cadenas que la unían al diez colas.

Naruto, abrió levemente los labios al ver aquella imagen tan espantosa. Su corazón se dio un vuelco al pensar en que Kanade estaba en dicha situación por su culpa, por haberla dejado irse sola detrás del hermano mayor de Sasuke. Que no pensó con claridad en que situación quedaría Kanade una vez que el edo tensei fuese liberado.

—Kanade... —susurró Naruto mirando a la azabache y esta, levantó un poco la cabeza dejando que este viese su mirada perdida.

Kakashi, sintió la ira descontrolada en Naruto, ya que la persona que tenía presa a su merced a la chica era alguien que él conocía a la perfección y eso, hacia mucho más delicada la situación.

—Obito... ¿Qué está pasando? ¿Qué estás haciendo con ella? —preguntó Kakashi asustado.

— ¡Esto no puede ser verdad! ¡Kanade, ella debe de estar con Sasuke! —gritó Naruto con pánico al ver a Kanade a un lado del enemigo.

Obito sujetó su arma con una sonrisa y colocó su mano junto junto la cabeza de la azabache. Eso, provocó que la ira subiera por la espina dorsal del rubio, hasta extenderse por todo su cuerpo. No deseaba seguir viendo como alguien como ese sujeto tocaba a Kanade como si fuese un objeto cualquiera, cómo si fuese una mascota a su merced.

—Eso no es lo más relevante en este momento —dejo en claro—, este proyecto Tsukuyomi me ayudará a purificar el nuevo mundo, no más sufrimiento ni dolor. Solo paz y armonía —sentenció con una sonrisa—. ¿No es eso lo que quieres? —preguntó a la chica que yacía a su lado.

—Si... es lo que deseo —respondió.

El corazón de Naruto se encogió al escuchar aquellas palabras ser pronunciadas por la azabache, quien lucía realmente diferente con aquella capucha morada tal y como la del hombre a su lado, el cual lucia con una vestimenta muy parecida a la de ella. El rubio quería una explicación clara de lo que estaba sucediendo, porque en lo único que podía pensar era que esa no era la verdadera chica a la cual quería un montón, él, necesitaba una prueba de que esa chica que estaba parada enfrente se tratara de la Uchiha. De aquella chica que alguna vez sonreía ante sus chistes y también, de la que estaba enamorado.

La azabache lo miraba a los ojos demostrándole toda la falsa esperanza que había en ellos, tratando de que él al fin comprendiera la ira tan grande que tenía por el mundo y que lo único que deseaba conseguir era la paz. Ella, solo tenía un objetivo en ese momento y era llevar a cabo el plan Tsukuyomi para obtener la tranquilidad que buscaba desde el momento en el que fue liberada del Tensei Fūin.

Todos miraron hacia la gran explosión que se hizo a un lado de ellos, por lo que se confundieron aun mas ya que apenas el polvo comenzó a desaparecer el cuerpo de Madara apareció demostrando que había derrotado a todos los Kages que lo habían enfrentado. La azabache miró a Madara quien le sonrió al verla presa en dicha situación, esta le regresó la mirada en dirección al rubio quien yacía sorprendido.

—Tardaste mucho... —dejo en claro Obito.

—Esta es la primera vez que me muevo en mucho tiempo. Me costó un poco volver a acostumbrarme... —explicó el mayor.

—Significa que acabaste con los Kages... ¡No puedo pelear contra ellos! —gritó Naruto con rabia e impotencia.

—Creo que esto es tuyo... —anunció Obito, lanzándole su arma a Madara la cual había estado portando todo ese tiempo mientras él todavía estaba muerto.

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