Capítulo 26: Siempre los hemos querido.

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Apretó los puños con fuerza y comenzó a caminar en dirección a la entrada de la cueva, decidida a acabar con Kabuto quien se encontraba enfrentandose a los otros dos azabaches. Lo odiaba, detestaba saber que alguien como él, fue capaz de profanar el recuerdo de Itachi y traerlo de regreso.

Lo odió desde que se retiró de los examenes en cuanto la enfrentó, dejandola a medias y lo detestó más en cuanto supo que él, era un peón de Orchimaru y que siempre trabajo como su vigilante.

Cual vil rata.

A lo lejos, visualizó a ambos azabaches parados justo frente al nuevo humanoide mitad serpiente, quien se notaba quieto y en un extraño estado de trance. Itachi permanecía mirandolo directamente, mientras que Sasuke, se mantenía detrás de su hermano mayor observando sus acciones.

Ambos demostrando que la batalla finalizó con exito y que obtuvieron la victoria tal y como ella confió. Sin embargo, en su cabeza aún estaba clavado que fue una estupida idea el haberse quedado parada sin hacer nada y que Sasuke no la obligara a acompañarlo.

Caminó en su dirección y este, la miró de reojo al sentir su presencia, al igual que el azabache mayor que se quedó callado observandola. 

Los dos, se sorprendieron en cuanto la palma de la mano de la azabache impactó en seco contra la mejilla del Uchiha menor y con fuerza, lo sujeto de su vestimenta para acercarlo contra ella y mirarlo con un enorme despecho que él, no lograba comprender del todo. Más porque fuera de la caverna, dejó a una azabache tranquila y con la mente en claro, alguien que le permitió irse entendiendo que debía de luchar en conjunto a su querido hermano.

— ¡En verdad, ¿creíste que me quedaría fuera sin hacer nada, imbecil?! —cuestionó, apretando su agarre y mirandolo directamente a los ojos—. Debiste de tener consideración y obligarme a venir, esta era la última vez que podríamos convivir con Itachi y me dejaste fuera.

Lo empujó tras liberarlo y este, retrocedió unos cuantos pasos hasta que estabilizó su cuerpo. Analizó cada unas de sus acciones notando como limpiaba su ropa y en cuestión de segundos, amarraba su largo cabello en una coleta alta y activaba su sharingan, al igual, que formaba un arco con una de sus manos y lo armaba con un elastico que guardaba en su pierna, por debajo de su pantalon corto, para colgarselo en la espalda en cuanto lo finalizó.

—Si tan solo hubiese estado consciente, nada de esto me estaría pasando. Maldición... —gruñó, tratando de no perder la compostura.

— ¿De qué mierda estas hablando, loca? —cuestionó, siendo el mismo tipo qagresivo de costumbre.

Kanade, lo miró a los ojos y sin poder evitarlo, lanzó un largo suspiro sabiendo que tardaría mucho en darle la explicació detallada de lo que la mantenía tan exaltada. Ni ella misma lo comprendía y por ello, necesitaba una explicación del cómo y porqué había sido encerrada dentro de su cuerpo, siendo sustituída por alguien que solo deseaba la paz en el mundo.

—Estaba sellada, mi cuerpo no me respondía y a pesar de que gritaba, nadie me escuchaba. Hasta hoy, que desperté, en este bosque teniendo un vago recuerdo de lo que sucedió y vine a buscarlos —admitió, mirando a ambos quienes la miraban de igual forma.

—Que estupidez más grande —señaló el azabache, poniendo en duda las palabras de Kanade—. ¿En verdad crees que puedes fingir que no sabes nada de lo que ocurre?

—Hmp... —sonrió, ante el interrogatorio del azabache, enseñando aquella sonrisa egocentrica que Sasuke, dejó de ver tras su separación.

Kanade, se cruzó de brazos.

—No me interesa en lo absoluto que dudes de mí, total, sé que puedo sacarte la información más rápido de lo que crees. No me pongas en duda, que soy capaz de acabar contigo —amenazó y Sasuke se acercó.

Kanade ShippudenWhere stories live. Discover now