Capítulo 11: Separación necesaria.

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Narrador omnisciente.









Miró en silencio el suelo luego de escuchar toda la historia de los acontecimientos por los que tuvo que pasar Itachi, todo lo que ella habia pensado era un enorme mentira y todo aquel odio que sintió alguna vez por Itachi desvaneció por completo. La culpa la carcomia y el dolor por aquel devastador final que tuvo ese hombre le hizo romper en llanto, su corazón le ardía y todo su cuerpo temblaba.

Shisui nunca se equivocó en decirle que confiara ciegamente en Itachi, que esa persona la protegería si en algún momento el llegase a faltarle. Su vida siempre estuvo a salvo gracias a la manera en la que el Uchiha protegió a la aldea junto con ella y también los vienes que entregaba para que tuviera fuentes de ingresos económicos.

El tercero tan solo la buscó en el bosque para que recibiera toda la ayuda que Itachi había solicitado para hacer la masacre de su clan. Tanto era su amor por la aldea que decidió acabar con su clan en lugar de apoyarlos ante la revolución que estaban apunto de crear. En su cabeza nunca hubiese estado la estúpida posibilidad de que todo lo que ocurrió simplemente fue por un bien común para que la Aldea no fuese devastada e Itachi fue quien no deseó que su inocencia fuese agredida por la maldad en el corazón de todos los Uchiha. Para Itachi era una niña inocente que no merecía saber como eran en realidad sus padres y el cruel destino que los perseguía al pertenecer a aquel clan.

Decidió salir de su departamrnto para caminar mientras se imaginaba la cara de Itachi antes de morir, ¿qué habrá pensado al ver a Sasuke frente a él con la intención de aniquilarlo? ¿Habrá sentido dolor por ser odiado por su hermano menor? ¿Acaso no le dolió porque sabía que ese era su destino?

Sus padres siempre le enseñaron que el destino de las personas venía escrito desde antes de que estas nacieran y que no había poder alguno que lo cambiara. Sasuke vivió con aquella mentalidad y creció con esta, pero Kanade comenzaba a pensar de manera diferente ya que para ella su destino había cambiado, más aún cuando Itachi murió únicamente a manos de Sasuke y el destino no hizo nada para que ella cumpliera su parte de vengar a su hermano muerto.

No tenía la culpa que Sasuke estaba llevando en esos instantes y tampoco sentía remordimiento alguno más que cierta rabia de haber odiado tantos años a Itachi.

La azabache se detuvo justo en la tienda de veinticuatro horas dandose cuenta de que Naruto permanecía sentado en una de las bancas frente a este, sosteniendo una paleta de helado que ya estaba derritiendose y deslizándose por toda su mano. Lo único que se escuchaba era el sonido de los insectos al igual que la ventisca que provocaba que las hojas de los arboles se movieran. Ya era muy tarde para que ambos estuvieran merodeando, pero no podían dormir después de todo lo que ocurrió.

Se aproximó hacia él, logrando que la mirara una vez que estuvo a una corta distancia, pero lo único que logró fue que este comenzara a llorar ya que luego de tanto tiempo sintiéndose solo en su perdida alguien se acercaba a brindarle consuelo. Kanade se acercó lo suficiente hasta que Naruto escondió su rostro juato en su abdomen y ella, en silencio comenzó a darle suave caricias a su cabeza para tratar de tranquilizar y aliviar lentamente su dolor que estaba provocando que se desmorone.

Y comenzó a sentirse culpable ya que en parte, que sus sentimientos estuvieran saliendo en tantas lágrimas eran en parte su culpa por todas aquellas veces que lo hizo sentir miserable luego de abandonarlo.

Lo único que podía hacer en ese momento era demostrarle a Naruto que estaba para él y mantenerse callada dejando que solo el sonido de su lamento fuese lo que sonara por dichas calles a altas horas de la noche.

Kanade ShippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora