Capítulo 08: Un vigilante inesperado

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Si había algo que no cambió de su compañero fue esa actitud tan llena de espíritu y de vida.

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Naruto abrió la puerta de la oficina de la quinta Hokage y esta lo recibió con un rostro que preocuparía a cualquiera, no eran buenas noticias o al menos algo estaba ocurriendo que le preocupaba a la mujer adulta. Junto a él se encontraba Sakura y si lo mandó a llamar con alguien que es perteneciente a su equipo, significaba que trabajarían juntos en alguna clase de misión. Así que colocó ambas manos detrás de su nuca y suspiró con una pequeña mueca, sin embargo, todo desapareció al momento que un hombre entró por la ventana y sonrió.

— ¡Ero sennin! ¡Ya regreso!

—Cuanto tiempo sin vernos, Naruto saludo con una sonrisa en el rostro y el Rubio le devolvió la sonrisa.

— ¡Debiste decirme que habías regresado! ¡Tuve muchos problemas después de que te marcharas! —admitió, aún sin perder aquella sonrisa tan sincera.

— ¡Eso parece! Todos me han estado diciendo que tuviste un gran papel —comentó y el orgullo en el rostro de Naruto no disminuyo.

— ¡Claro que si! ¡Los sapos y yo por fin completamos nuestro ninjutsu colaborador! —festejó.

—Muy bien Naruto, quiero verlo —admitió.

En medio de ambos se encontraban las dos mujeres que se mantenían escuchando su conversación con una mueca en el rostro, estaban siendo ignoradas por completo, pero esperarían a que terminaran de hablar para comenzar a discutir lo que estaba pasando en las afueras de la aldea.

— ¡Si! ¡Después de enseñárselo podremos ir al Ichiraku por un ramen con miso de cerdo! ¡Dattebayo!

— ¡Por supuesto yo invito!

Un pequeño grito de satisfacción salió de los labios de Naruto y comenzó a saborear el delicioso ramen que deseaba—: ¡Vamos, vamos! —gritó y el sannin caminó hacia él para abrazarlo por el cuello y llevárselo hacia la puerta.

Ambos reían, olvidando por completo quienes se encontraban a su alrededor, a Naruto solo le interesaba recuperar aquel tiempo perdido al no ver a su mentor, hablar con él para decirle todo lo que había pasado mientras él no se encontraba cerca de la aldea. Tenía tantas cosas en la punta de su lengua, aquellas cosas que sentía que solo a él peliblanco le interesaba ya que entre ellos existía aquella conexión.

— ¡Hey! —gritó Sakura tras enojarse, estaban ignorando a la quinta Hokage quien había mandado a llamar al Rubio cabeza hueca.

Ante dicho grito y llamada de atención de la pelirrosa, se detuvieron para mirar en la dirección donde se encontraba la Hokage. Naruto, quien era el interesado sonrió nervioso mientras se rascaba la nuca algo apenado.

— ¡Lo olvidaba! —comentó con cierta burla—. Vine para cumplir con una misión o algo así dijo Sakura – chan —indicó y la pelirrosa se aproximó hasta quedar a un lado de su compañero.

—Como tú lo haz dicho Naruto, te mandé a llamar para que cumplas con una misión de captura mientras que tus compañeros se encargan de otras. Lo que tienes que hacer no es muy difícil, puesto que solo tienes que dar con alguien que se encuentra merodeando a las afueras de la aldea —aseguró y se cruzó de brazos—. Según lo que informan varios de nuestros ninjas, esta persona tiene la habilidad de desplazarse rápidamente y captar el chakra de quienes se acerquen a él, no podemos estar seguros que es lo que busca, así que tu deber es dar con su paradero y capturarlo, ¿quedó claro?

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