Capítulo 20 - La Conversación

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-No te agrada ¿no?- Vince bufó nuevamente en respuesta.

-No creo que el señor perfecto necesite mi agrado- se quejó y Lucía cruzó las piernas.

-Bueno. por interés o no, estaba algo así como defendiéndote ¿no? No puede ser tan malo- reflexionó y Vince sabía que todo lo que decía era injusto. Paul nunca había hecho algo para atacarlo directamente y de niños habían sido muy cercanos. Paul siempre había sido callado y distante, retraído y de pequeño incluso tímido, pero nunca había dudado para ponerse de su lado... Era él quien no podía vivir con la envidia que impedía verlo de frente.

Cuando Vince veía a Paul no podía sino aceptar lo insignificante que era, notar lo poco que pesaba y eso no lo dejaba estar en paz, había volcado toda esa frustración en Paul y él aún ahora nunca se había quejado o usado todo lo que había a su favor en su contra. Aún sabiendo eso, era demasiado duro aceptarlo, así que Vince simplemente cambió de tema y ambos pasaron la tarde arreglando los pormenores de su proyecto.

Por otro lado en la ciudad vecina, Drink llevaba varias semanas en aquella extraña relación con Fok, aunque lo tenía en su cama en realidad se sentía más lejano que cuando el sexo no estaba de por medio. La última noche había hecho la chiquillada de dejar chupetones en su pecho, había sido lo bastante controlado como para ponerlos donde no se vieran pero aun así no había podido resistir la tentación de dejar una marca en su piel, definitivamente iba a perder el control pronto, lo sabía.

Esa tarde después de muchos rechazos, Alana se sentó en el borde de su escritorio, Drink le vio de reojo y sonrió.

-La respuesta sigue siendo no- le aseguró con una risita divertida, su asistente sí que era insistente, pero le agradaba mucho, también era conocida del Dr. Orozco así que de alguna manera, en aquel mar de extraño, ellos dos encajaban.

-Oh vamos, deberías relajarte de vez en cuando, solo un par de tragos, vaaaamoooos- Drink se rió y negó.

-Noooooo- lo dijo largo mientras seguía escribiendo en el ordenador. Un reporte de rutina.

-¿Qué sucede? Te has negado a salir desde lo de la ultima vez... ¿es por ese chico con el que nos encontramos?- Drink solo suspiró sin contestar y Alana ladeó su hermosa cabecita rubia analizándolo- ¿Tu ex?- Drink dejó de teclear, respiró aún más profundo y se echó atrás en la silla mirando a la chica.

-Exacto- ella entrecerró los ojos.

-¿Así que no quieres salir porque no quieres encontrártelo?- Drink se quitó los lentes, los dobló y le señaló con ellos.

-Bingo- le respondió y ella suspiró.

-¿Así que esto es porque no quieres ver a tu ex?- Drink volvió a suspirar jugando con los lentes en sus manos.

-No es lo que crees... verlo no me molesta- ella arrugó las cejas.

-¿Entonces?- él miró fijamente a la pantalla.

-Es solo que no creo soportar si lo veo acompañado...- la chica arqueó las cejas.

-Oh... ¡OH!- entendió de repente- Aún te... importa ¡claro!- parpadeó repetidas veces recordando el encuentro de la última vez- Claro, debí notarlo... pero... bueno, él no parece bueno... no te ignora precisamente- Drink apretó los labios, tomó aire profundo y después lo soltó lentamente y miró a la chica con una especie de incómoda sonrisa.

-Solo... carnalmente- ella comprendió y le acarició el hombro.

-Lo siento mucho, pero oye ¿él se lo pierde?- Drink asintió agradecido por el comentario.

-¿Si? Bueno, díselo a mi mayugado corazón- suspiró por última vez y se colocó nuevamente los lentes volviendo al trabajo- No sé cuánto pueda seguir con esto.

Ella se quedó en su sitio sin mover un músculo, como analizando lo último hasta que al entender reaccionó alarmada.

-¡¿Qué?!- Drink le dirigió una mirada de advertencia y ella bajo la voz a un susurro inmediatamente- ¿Te estás acostando con él?- preguntó bajito y alterada.

-El quiere mi cuerpo y yo a él, así que... - dejó lo demás al aire y Alana le empujó ligeramente el hombro con su manicura perfecta.

-¡¿Estás loco?!- aún hablaba en murmullos- Así que ¿qué? ¿Te acuestas con él y cierras los ojos para evitar ver que lo hace con otros?- Drink bufó irritado y le vio con rostro molesto- Oh no, no me veas así, no soy yo la mala aquí ¿en qué estas pensando? Está bien, sin compromisos pero al menos podrían ser exclusivos ¿no? – Drink gruñó y siguió escribiendo, aunque se equivocó al redactar y tuvo que borrar la última línea.

-"Exclusivo" y "Compromiso" probablemente significa lo mismo para él- le aseguró irritado y Alana rodó los ojos.

-¿Y qué hay de ti? ¿Tampoco hay problema en que no seas exclusivo?- preguntó con tono enfadado y Drink paró de teclear pues no estaba concentrado y giró su silla a ella.

-¡No lo sé!- lo dijo también en un murmullo- ¡No hemos hablado de eso y ya basta! No voy a salir hoy, tengo que terminar este reporte antes de irme a casa- le aseguró y cuando ella pareció querer hablar, él levantó un dedo indicándole que callara, ella lo hizo, Drink pareció volver al trabajo y cuando ella pareció volver a querer hablar el simplemente repitió el gesto pidiéndole que no lo hiciera. Alana asintió.

-Está bien... solo diré una cosa- él la vio con advertencia y ella levantó las manos- No sobre tu chico- él le prestó atención- Es sobre ti- se inclinó hacia él y clavó una de sus uñas en su pecho mientras lo apuntaba- Vales más que eso... es todo- y sin decir más se enderezo y dirigió su espectacular cuerpo lejos de él- Nos vemos mañana- se despidió y Drink se dejó recargar en la silla mirando el techo. Sinceramente había creído que aquello sería más fácil, que tenerlo en su cama ayudaría... pero pensarlo en la cama de otro lo estaba matando de celos, ellos apenas y se veían una o dos veces por semana... ¿qué hacia Fok el resto de los días? No se escribían, no se llamaban... Fok sólo le enviaba algún mensaje cuando quería ir a su casa y después apenas y había algo de plática superficial, Fok solo bajaba la guardia mientras los efectos del último orgasmo aún lo estremecían y dejaba que lo abrazara, que lo besara y suspiraba diciendo su nombre, después volvía la máscara y aunque hablaban e incluso bromeaban, dejaba de ser suyo.

Alana tenía razón, no podía seguir así. 

Una Adicción PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora