Capítulo 25 - El Regalo

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Vince entró con su maleta de ropa a su nueva habitación, era mucho más sencilla que la que tenía en casa, pero no estaba tan mal, había una cama, un escritorio y el armario.

-Tendrás que compartir baño pero te darán de comer- Vince escuchó la voz de Paul tras él, venía entrando con otra de sus maletas. Había sacado todo lo que había podido de casa por si llegaba a necesitarlo.

-Gracias por prestarme dinero para la renta y todo eso. Ya me autorizaron la beca pero no sé cuándo pueda comenzar a cobrarla y tampoco sé cuándo podré pagarte...- le habló en tono de disculpa. Paul le dedicó una pequeña sonrisa que por alguna razón le aceleró el pulso.

-Lo devolverás cuando estés en posición de hacerlo, no te preocupes- Dejó la maleta en el suelo- Además es dinero de la empresa, así que también es tuyo, ni siquiera deberías de pagarlo- Vince negó.

-Pues según mi papá no tengo derecho a un solo centavo de ese dinero- Paul se enderezó.

-No lo dice en serio- Vince rodó los ojos.

-Por eso me enojan- reclamó- tu no dejas de defenderlo y él no deja de decir que quiere que sea como tú, sólo deberían tenerse el uno al otro y dejarme en paz- gruñó y el rostro de Paul perdió la sonrisa.

-¿Quieres que corte relación con tu padre?- preguntó y Vince pudo ver que hablaba en serio, su tono era tranquilo, Paul siempre parecía estar sereno pero podía notar que era firme en lo que decía.

-No, claro que no- se masajeó el cuello- Lo siento, me he puesto infantil, sé que nada de esto es tu culpa- a pesar de que por momentos volvía a ser como antes, los años distanciados no desaparecían del todo. Dejó su maleta contra la pared y se sentó esperando que Paul se sentara a su lado- Lamento ser tan idiota contigo- se disculpó cuando Paul se colocó a su lado.

-Está bien, comparado con antes estamos mucho mejor ahora- Vince asintió, las cosas eran tensas entre ellos.

Esa tarde Paul se fue después de que Vince se instalara. Después de eso se mantuvieron en contacto pero de alguna forma Vince no lograba volver a conectar la amistad que habían tenido de niños, simplemente no podía sentirse igual, había algo en Paul que lo ponía... "inquieto"

Las semanas pasaron y a las semanas le prosiguieron los meses y un día la madre de Vince vio la puerta de su hijo abierta, extrañada, se acercó y encontró a su marido sentado en la cama contemplando la habitación.

-George- murmuró al ver a su marido ahí- ¿Ya estás dispuesto a admitir que lo extrañas?- el hombre ni siquiera se giró a verla.

-Nunca he dicho que no lo hiciera- respondió con calma y la hermosa mujer se recargó en el marco de la puerta viéndolo.

-Entonces cambiaré mi pregunta ¿estás dispuesto ya a pedirle disculpas?- El hombre frunció el ceño y le vio apenas de reojo.

-¿Por qué me debería disculpar? Es un jovencito necio, malagradecido y altanero. No tengo nada por qué disculparme- sentenció y su esposa suspiró entrando a la habitación, se sentó a su lado y colocó la mano sobre la de su marido.

-Está bien ¿sabes? Fui a visitarlo la semana pasada- George le miró de reojo.

-¿Si?- preguntó intentando disimular su interés. Su esposa asintió.

-Le va bien en la escuela y a este paso va a graduarse con honores- Madeline vio a su marido intentar esconder una sonrisa de orgullo.

-Parece que él y Paul están llevándose mejor ahora, hace lo mismo que tú- la vio de reojo y por fin le sonrió acariciando su mano- ...de vez en cuando me dice disimuladamente cómo está Vince y que no le hace falta mi dinero...- lo último lo dijo con pesar y en tono más bajo- no creo que mi hijo quiera volver a verme Mady-dijo, por fin mostrando su temor.

Una Adicción PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora