12. El ambiente se empieza a cargar

36 9 12
                                    


Ryuko estaba frente al tablón de anuncios escrudiñando todo lo que allí había una y otra vez en busca de algún teléfono.

—Nada, no hay nada ¿Cómo no hay nada?

Oyó unos pasos, por unos instantes esperó que fuera algún profesor que Kyojin hubiese encontrado y llegaba en su ayuda pero solo era Kyojin, él solo.

—¿Has encontrado a alguien?

—Peor aún. No he podido salir del edificio. Está cerrado.

—¿Cómo que está cerrado?

—Pues que está cerrado. Creo que se olvidaron de que estábamos aquí o pensaron que ya nos habíamos ido.

—¿Quieres decir que estamos solos y encerrados?

—Así es.

—Esto no puede ir a peor.

—¿Tú has encontrado algún teléfono?

—Ninguno. No hay ninguno ¿Por qué no hay ninguno?

—Supongo que para que algunos no gasten bromitas.

—Entonces ¿qué hacemos?

—Podemos llamar a la policía o a los bomberos. Pero seguro que Akira y Akane han pulsado el botón de emergencia del ascensor.

—¿Y crees que habrá funcionado? Con la suerte que tenemos lo mismo está roto.

—Vamos a ver si podemos hablar con ellos.

—El ascensor no tiene cobertura.

—Digo a ver si contactamos a gritos ¿Dónde se habrá parado?

—Por lo rápido que iba el ascensor yo creo que ni han llegado a la segunda planta.

—Estaba pensando que podríamos llamar a algún profesor ¿Tú no tienes el teléfono de alguno?

—No, yo no ¿Y tú?

—Tampoco, creo que Akira tiene el de Yotsuda, pero nos da igual porque Akira está en el ascensor. Ah, sí, seguro que Nowaki tiene el teléfono de Masashi-sensei, le dio clases particulares.

—¿Tienes el teléfono de Nowaki?

—Claro, vamos a ver... vaya, tiene el móvil apagado.

—Momoka o Hizashi, como son los delegados, seguro que tienen el teléfono de alguno.

—Toma, llama tú, a mi todo esto me está estresando mucho y eso me da hambre, voy a por algo para picar.

Ryuko se mordía el labio inferior mientras marcaba el teléfono de Momoka y esperaba que esta contestase. Esa situación la estaba empezando a poner intranquila, Akane llevaba muy mal eso de estar en lugares pequeños y cerrados, es más, no sabía ni como había aceptado entrar en el ascensor, seguro que no podría controlarse y le daba una crisis de ansiedad, ojalá que Akira sepa cómo ayudarla.

El teléfono al que había llamado era el fijo de la casa de Momoka y fue su madre quien contestó. Ryuko preguntó por Momoka y una vez que esta se puso le resumió de la forma más clara posible todo lo que había pasado, recalcando el detalle de que no solo estaban Akira y Akane en el ascensor, sino que además los cuatro estaban solos y encerrados en el instituto.

No te preocupes, no te preocupes —se oía la voz de Momoka a través del móvil—. Yo me ocupo, tengo el teléfono de la directora, si no, Nowaki seguro que tiene el de Masashi-sensei o Kamui, además también tengo el de Hizashi y él ya seguro que si tiene algún teléfono, tú no te pongas nerviosa ¿vale?

Con sabor a mandarinaWhere stories live. Discover now