42. Dudas y situaciones desagradables

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La salida de las chicas produjo gran revuelo, desfilaban una detrás de otra, sonriendo y saludando a todo el mundo con sus pompones azules y blancos. Los que estaban calentando dejaron de hacerlo, los que estaban sentados se levantaron. A Akira el cigarro se le cayó de los dedos, él y Seishiro se acercaron. Las chicas vestían unos pantalones azules de lentejuelas muy cortitos y unos tops bastante provocativos, muy al estilo de Yuri, llevaban purpurina por el cuerpo y las piernas y unos maquillajes muy exóticos y sugerentes.

—Kenshi —Nowaki casi no tenía voz—. Si tu no miras a Momoka, yo no miro a Xu-Xu ¿vale?

—Lo que tú digas, ahora no me hables que no te escucho.

—¡Eh! ¡Que no miréis a mi hermana! ¡Asquerosos, os prohíbo mirarla!

—¡Menudo favor os hacía yo a más de una! ¡Os chupaba hasta las pelotillas del ombligo! —gritaba Yutaka.

—¡Eh, cachondonas! —gritaba también Ukyo— ¡Venid aquí que os voy a presentar a un amigo!

—Kamui —dijo Akira a su lado—, cierra la boca, se te ha puesto cara de bobo y estropeas tu imagen de tío duro.

—Y tú deja de babear.

—No puedo, creo que mis glándulas salivares han entrado en aceleración.

—No están nada mal ¿eh? —dijo Seishiro—- Supongo que el impasible y perfecto Kaguya en estos momentos está pensando la misma guarrada que yo.

—¿Insinúas que estoy tan salido como tu?

—A juzgar por tu entrepierna me pregunto si podrás correr con ese bulto que te ha crecido.

—Vale, vale —intervino Akira rápidamente—, Kamui, no le hagas caso, solo quiere provocarte, pasa de él, pasa de él.

Las animadoras comenzaron su espectáculo con una canción alegre y pegadiza y un baile que, aunque simple, hacía bastante gracia.

—Karasu, ¿Te encuentras bien? —rio Kyojin—. ¿No vas a decir nada? ¿Te has quedado mudo?

—Calla, no me puedo perder yo esto, no puedo sin parpadear.

—¡Madre mía! —se quejó Karura—. Esto ya sí que le va a volver tonto del todo.

—Te recuerdo —dijo Hizashi—. Que son personas, no trozos de carne.

—Menos mal que al final no me apunté —susurró Himeko—. ¡Qué vergüenza!

—Y cómo se nota que Yuri ha escogido la ropa —comentó Ryuko.

—Pero mira —añadió Kyojin—, si hasta lo hacen bien.

—¿Quien está mirando como lo hacen? —agregó Karasu.

—Mira qué curioso —habló Ryuko—, por alguna casualidad los padres de Kamui están al lado de los de Akira, allí, con los profesores y otros padres.

—Si —afirmó Kyojin—. ¿Hablarán entre ellos?

Si hablaban pero no entre ellos.

—Tengo que reconocer —decía el padre de Kamui a su esposa—. Que esa chica es muy dinámica, con mucha iniciativa y bastante atractiva, espero que Kamui no se desconcentre y mantenga la cabeza donde tiene que tenerla.

—Kamui está harto de tener chicas guapas a su alrededor, no se va a desconcentrar tan rápidamente.

Chiharu miraba a su padre con cara de estar dándole escalofríos.

—Papá, por favor, deja de mirar así, me estás haciendo pasar mucha vergüenza.

—Tu hija tiene razón, Akito, te recuerdo que una de esas puede ser tu futura nuera.

Con sabor a mandarinaWhere stories live. Discover now