Capítulo 29: ¡Lo Pagarás...!

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Nota: Siento mucho la demora en actualizar, me estanqué y tuve muchas cosas que hacer, ni siquiera pude ir de vacaciones. En fin, aunque no me satisface del todo, acá está el capítulo... he puesto diálogos que considero muy importantes para la trama. Además, quedó más largo que los otros, valga como compensación por la larga espera. ¿Qué les parece este nuevo formato con videos/imágenes insertos en el texto? A mí me gusta, lo que no me gustó fue el texto más angosto.

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Lo que me inyectaron debe ser potente, porque ha pasado un día cuando logro despertar del todo, aunque no dormí nada de bien. Tuve varias pesadillas angustiantes, una de las que más recuerdo es Peeta controlado por Snow pero llevándose a Prim, la encerraban y luego ella tenía que soportar torturas físiscas y psicológicas como escuchar gritros y bombas por los parlantes. Despierto sudando. Haymitch está sentado en una silla junto a mi cama; el rostro marchito y los ojos inyectados en sangre, ojeroso, creo que no ha dormido. Recuerdo lo de Peeta y me pongo a temblar otra vez. Él me aprieta el hombro.

- Tranquila, vamos a traer a Peeta de vuelta y le sacarán el chip.

- ¿Qué?

- Eso, Coin habló con los médicos y hay posibilidades de sacarle el implante sin correr demasiado peligro... y que vuelva  a ser el de antes.

- ¿A qué le llaman "sin correr demasiado peligro"? -pregunto dudando un poco.

- No lo sé, preciosa, yo no soy médico. Sólo te estoy repitiendo lo que se dijo en la reunión de ayer. 

- ¿Qué más dijeron en esa reunión?

- Coin va a enviar un equipo de rescate, uno profesional esta vez. Plutarch tiene gente dentro del Capitolio y le confirmaron que Peeta está en la mansión presidencial... pero sacarlo va a salir caro. 

Tomo un vaso de agua y lo miro sin digerir bien lo último.

- ¿A qué te refieres con que "nos saldrá caro"?

- Perderemos infiltrados, puede que muera gente -responde encogiéndose de hombros-. Pero toma en cuenta que en una rebelión, mueren todos los días y todos estuvimos de acuerdo. Es la misma elección que hicimos en la arena, hacer lo que haga falta por mantenerte en buenas condiciones. No podemos perder al Sinsajo ahora y tú no puedes seguir adelante sabiendo que Snow la tomará contra Peeta. 

Una enfermera viene a chequear mi temperatura, presión y pulso. Cuando se va y descorre un poco la cortina, veo a alguien tumbado en la camilla de al lado. Y de inmediato sé quién es.

- ¿Gale? -pregunto atónita, al ver esas largas piernas que sobresalen del extremo inferior de la camilla y que sólo pueden ser suyas.

Sí, Finnick está más allá también, los dos durmiendo mientras les dure el sedante -Haymitch apunta a otra persona dopada en otra cama-. Estallaron después de sedarte a ti. Finnick empezó a decir que Snow también le quitó a sus seres queridos... y a tu amigo le bajó el ataque de llanto por Candance y Madge, echándome la culpa a mí y al Capitolio por perderlas -aunque no es gracioso, yo sonrío un poco al saber que no fui la única que perdió el control-. Sí, fue una toma excelente, ustedes tres gritando histéricos, hubo que echar mano a las repeticiones y otras grabaciones que en un principio se habían desechado -termina de explicar.

Una muy alterada Annie irrumpe en escena, llamando a voces a Finnick hasta que lo encuentra insconciente. Le toma la mano y le acaricia el cabello color bronce.

- ¡Él no puede ir! ¡No lo dejaré ir! -grita descontrolada- ¡Es una misión suicida! ¡Los matarán!

Haymitch y un enfermero se la llevan a otro lado, intentando calmarla. Gale se ha despabilado un poco al escuchar a Annie pero Finnick sigue tumbado boca abajo, las manos bajo la almohada. Aunque es una crueldad despertarlos de la bruma del sedante, los remezco porque me siento muy sola sin su apoyo y compañía.

Sinsajo HeridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora