Capítulo XIX "Te odio amor mio"

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____ POV


Me retire frustrada de la piscina, no podía creer que James se estuviese comportando tan... no sé, ¿maldito? El solía ser tan tierno, tan amable, dispuesto a mi siempre... y me lo habían cambiado por este amigo sexy e insensible a mis encantos.

Yo al contario de él, no era indiferente a sus atributos. Eso que se le había ocurrido de andar desnudo a todas horas era como un suplicio para mí. En más de una oportunidad me daban ganas de lanzarme encima, pero no podía dejar de cumplir mi palabra... seriamos amigos. Yo misma lo dije. No podía ser tan débil... ¿o sí?

Subí a mi habitación y me saque el bikini. Maldito, había ganado la apuesta solo porque ni me esforcé en ganar, pues pensé que se le ocurriría algo bastante más sexy que ponerme de cocinera... Al parecer, yo no le causaba efecto. Pues eso estaba por verse, si él jugaba yo también podría... Así es que decidí ponerme algo de ropa más reveladora. No tenía mucha, desde que había decidido cambiar mi guardarropa, extrañe algunas de mis prendas mas picantes, que hubiesen sido especiales para este momento... pero siempre existe la tijera, así que tome una falda y le di varios cortes hasta dejarla apropiada en el largo, luego tome una de mis blusas y decidí amarrármela sobre la cintura, para dejar ver algo más de piel. No quise usar zapatos, pues no tenía nada que ponerme que fuese sexy... quizás descalza era lo mejor. Me seque el cabello y lo peine, estaba a punto de salir cuando escuche unos golpes en la puerta.

- ____ – escuche que decía la inconfundible voz de James.

- Adelante – dije.

Lo vi pasar y quede pasmada. Es que no era concebible que se viese siempre tan sexy, ya fuese vestido o sin vestir. Llevaba unos jeans y estaba sin nada hacia arriba, solo tenía la toalla sobre su hombro y el cabello húmedo, revuelto, que le caía sobre uno de sus ojos lo hacía ver demasiado apetecible. "Calma ____, tu eres la que debe ponerlo nervioso, no al revés" pensé.

Me volví hacia él y le sonreí. Esperaba ver que dijese algo respecto a mi atuendo o al menos una reacción, pero lo que hizo fue lo último que imagine.

- ¿Y esas pintas ____?- pregunto algo molesto – ¿No pensaras cocinar así verdad?

- ¿Qué tiene de malo? – dije haciéndome la inocente y mostrando mas las piernas.

- Pues pareces una golfa de barrio – rio el muy imbécil – Te queda mejor la otra ropa, además te puedes quemar con tanta piel expuesta.

Lo mire entre perpleja y furiosa. ¿Qué fue lo que me dijo?

- Deja los disfraces y vístete con algo normal- me dijo – yo estaré abajo y te esperare para decirte lo que quiero que hagas.

Me enfurecí. ¿Quién mierda se creía?

- No pienso hacer nada – gruñí, dándole la espalda.

- Pues yo creo que si lo harás- dijo él, cruzándose de brazos-

- ¿Sí? – Dije yo desafiante- ¡pues oblígame idiota! – bufe.

- No te conviene hacer esto ____ – me advirtió.

- No te tengo miedo – le gruñí, mientras me volvía para seguir cepillándome el cabello.

- Está bien- Tu te lo buscaste, luego no te quejes.

Lo vi pasar rápidamente a mi habitación y buscar entre varias gavetas, hasta que dio con lo que buscaba.

- Que hermosa ropa – murmuro acariciando la ropa interior de encaje- Se ve que es muy cara... ¿te gusta? – pregunto mirándome.

- Me encanta – le dije confundida- siempre me ha gustado la ropa interior de ese tipo.

- Mmmmm- dijo él, oliéndola – pues es una pena.

- ¿Qué es una pena? – dije, con algo de temor.

- Que te vayas a quedar sin nada que ponerte-

Y dicho esto, salió con toda mi ropa interior y lencería francesa de la habitación, dejándome de una pieza.

Corrí detrás de él.

- ¿Qué piensas hacer con eso?- le chille – es mío escuchaste y no te permito que....

- ¡Tú te callas! – me grito, cortándome – si no quieres cooperar, entonces te obligare-

- ¡Tú no me haces callar! – le grite de vuelta, enfurecida.

- ¡Chillona y malcriada!- me grito - ya verás lo que hago con tu linda ropa...

Lo vi poner toda mi ropa en el patio, amontonada sobre el césped. Luego, no sé de donde, saco una lata de un liquido maloliente, que identifique como gasolina.

- No te atreverías – le dije al ver sus intenciones.

- Pues mírame – me dijo, mientras lanzaba el liquido sobre la ropa y luego encendía un fosforo.

Y lo hizo. El muy maldito quemo toda mi ropa interior, y todavía era capaz de reírse. Estúpido y cretino, esto no se quedaría así.

- ¡Eres un pendejo de mierda! – Le chille furiosa – ¿Quién mierda te crees?

- Por ahora soy tu dueño – me dijo sonriente – así que deja de revelarte o te ira peor-

- ¡Tú no me mandas cretino! – chille y salí de ahí furiosa, pero antes de que pudiese dar tres pasos, ya me habían tomado por la cintura.

- ¡Suéltame imbécil!- grite.

- La gatita está furiosa- rio – ya te quitare yo ese mal genio.

Y dicho esto me tomo y me puso sobre su hombro con facilidad, a pesar de mis pataleos y chillidos.

- No- grite casi sofocada – ¡déjame!

- ¡No! – Dijo el severo - ahora aprenderás modales.

Y me llevo de nuevo al baño, donde sin mucho cuidado, volvió a meterme a la ducha fría, para mi asombro y enojo.

- ¡A ver si se te pasa lo chillona!- rio mirándome.

Yo apenas hablaba, temblando por el agua fría y demasiado furiosa para emitir alguna silaba. Nadie nunca me había tratado así... y por una vez, no supe que contestar.

- Como amigo tuyo que soy estoy en la obligación de decirte que debes mejorar tu genio – me dijo, serio - o te traerá muchos problemas. Sirve ser dócil de vez en cuando-

- Está bien – bufe bajo el agua fría.

- Muy bien- dijo satisfecho- ahora te cambiaras de ropa y me iras a cocinar algo esclava – rio el.

- Lo hare– dije yo, vencida, pero muy furiosa aun.

- Así me gusta... linda chica – murmuró, dejándome en el baño.

- Pendejo – musite antes de que se fuera. Lástima que me escucho.

- Creo que no has entendido bien – me dijo, volviendo – tendremos que hacer algo con esa boca sucia tuya.

Y me saco de la ducha, todavía con ropa, y me llevo a mi habitación.

Si haría lo que yo esperaba, esto me iba a gustar. Aunque claro, con James últimamente nunca se sabía.

Me llevo a mi habitación y me dejo caer con violencia sobre la cama. Lo mire extasiada. Esto me estaba gustando. Podría acostumbrarme a que James me tratase así con un poquito de fuerza bruta. Se veía sexy tomado el control.

- ¿Qué harás? – dije con una extraña mezcla de curiosidad y morbo.

- Esto debí hacerlo hace tiempo – me dijo, acercándose.
Si, esto era lo que yo quería. Cerré los ojos, extasiada, esperando un beso o sentir su cuerpo sobre el mío. Pero no. Me lleve una sorpresa.


Pervirtiendo a James Where stories live. Discover now