Capítulo 13 'Monstruo'

1.1K 62 6
                                    

  James POV

Fui un total pendejo al siquiera pensar que _______ podía ser remotamente distinta a lo que recordaba. Ella era y seguiría siendo igual. Se veía diferente, externamente, pero por dentro... Lo supe cuando me tope con sus ojos y lo segundo que vi, fue a ella besando a un chico. Se me revolvió el estomago y la comida me hizo daño. Tenía ganas de vomitar o algo peor... como ahorcar al muchacho y a _______ de pasada. Luego tirarles los espaguetis encima y reírme de los dos... Pero no hice nada. Solo me puse de pie y puse cien dólares en la mesa.

- Vámonos de acá por favor – dije casi susurrando.

Todos habían visto lo mismo que yo, así que en silencio, me siguieron hasta el estacionamiento, a buscar el jeep de Emmett.

Me lleve la mano al puente de la nariz y sentí que el pulso me golpeaba en los oídos. No estaba dolido... estaba realmente furioso. Y entonces, oí una voz que termino por quebrarme lo poco de cabalidad que tenia.

- Cariño –

Esa voz me rondo por meses en la cabeza. El mismo timbre lascivo. El mismo timbre codicioso. ________.

Me volví despacio para mirarla y me quede sin aire.

No podía verse tan bien. No podía ser más hermosa de lo que recordaba. Allí estaba, de pie ante mí, luciendo como un ángel. Aunque fuese uno caído. Seria porque ahora su ropa no mostraba, solo insinuaba. O sería por el pelo que caía hermosamente por sus hombros, O tal vez esos labios, hermosos, frutales, lustrosos, invitando a ser besados, o las curvas de su cuerpo... o sus senos, apenas visibles ahora... El aire me empezó a faltar y creí que me daría un ataque de calentura o algo así. Pero recordé lo que acababa de suceder y la ira me embargo de nuevo. Ella era como un demonio maligno y no me dejaría arrastrar. No esta vez.

- No me llamo cariño _______ –le dije, tratando de sonar sereno – mi nombre es James-

La vi temblar levemente, como si mi voz la hubiese dañado. Era evidente que estaba nerviosa. No parecía ella misma, siempre tan llena de confianza. Se veía vacilante, como una niña. Muy inteligente Swan.

- ¿Cómo has estado James? – pregunto, remarcando mi nombre.

Sentí a Ángela alejarse de mí para darnos algo de espacio. No quería que se fuera, pero no podía quitar mis ojos de _______. Maldita bruja. Era hipnotizante.

- No tan bien como tu – le dije, sin medir lo que decía.

- Tú te ves bien... me dijo con algo de temblor en su voz – muy bien- repitió.

- Gracias – le dije, nervioso.

Su comentario me había tomado por sorpresa, y me había causado un temblor nada agradable a nivel de mi entrepierna. No podía estar pensando con mi intimidad en un momento como este... "por dios James, enfócate" me exigí. "Deja de mirar las piernas de ella y di algo sensato", me recrimine.

- No te gustaría... dar una vuelta – me dijo.

No me podía creer lo que había escuchado... ¿en realidad quería estar conmigo como si nada? ¿Estaba loca? ¿Y qué demonios hacia yo analizando la posibilidad de hacerle caso?

- ¿¡Que!?- se me escapo de los labios antes de pensarlo. Pero luego me calme y le pregunte con ironía- ¿Por qué _______... tu mascota de hoy no se encuentra disponible?

Sabía que estaba siendo demasiado desagradable, pero era inevitable. Ella sacaba lo peor de mí, de una forma increíble. Deseaba tanto ahorcarla como comérmela a besos... ¿se podrían hacer las dos cosas...?

- Es solo mi amigo – me dijo con torpeza.

"Amigo... si, seguro, maldita sea... y yo soy el jodido Peter Pan. Yo no ando besando a mis amigos" pensé.

- ¿Así como lo era yo?- le pregunte irónico.

- No – me dijo algo nerviosa- James...

Y se acerco hacia mí, alzando su mano, lista para tocarme. Pero yo no estaba listo para ser tocado. Temía que su roce me idiotizara. Eso era muy posible. Di un paso hacia atrás y vi un gesto de dolor en su rostro. Esto se estaba complicando.

- Estoy ocupado _______, dime qué diablos quieres –le dije, con ánimos de huir.

Me miro asustada y por un segundo me arrepentí de ser tan rudo.

- Quisiera que habláramos – me dijo.

Claro, ahora quería hablar.

- No tengo nada que hablar contigo –le dije, molesto.

- James – me dijo, tratando de alcanzar mi mano...

"No, _______, tú no me vas a volver a tocar" pensé.

Le tome la mano antes de que pudiese hacer nada, y no me preocupe por estarla aferrando demasiado fuerte. Quizás hasta le gustara a la muy desviada. Quién sabe. La ira me invadió como una enfermedad infecciosa y letal. Podría jurar que hasta veía rojo.

- Te dije que no te acercaras a mí, ¿no lo recuerdas...?- le gruñí.

No sé cómo termine quedando tan cerca de ella. El olor que emanaba de su cuerpo me golpeo y por un segundo quede en estado de coma. Atontado. Embriagado. La mire firmemente, fijo a sus ojos y se me derritió el corazón. Sus ojos. Tan hermosos... Un flash me golpeo la mente y recordé varios sucesos a la vez. ____ golpeándome. ____ besándome. ____ acostándose con el jodido Jacob. Maldita. Mil veces maldita.

Algún tipo de demonio se ha de haber apoderado de mí, porque no supe como escupí la sarta de palabras que dije luego. Parecía verme desde una pantalla, porque yo mismo no me reconocí. Lo que hace el odio y el despecho. No reconocí mi voz, y no supe de donde saque lo que dije.

- A menos que quieras darte una vuelta conmigo atrás del restaurante y darme una buena mamada... cariño...- le dije, enfatizando esa palabra que ella misma utilizaba en mi– es todo lo que mi pene podría soportar el día de hoy... está un poco cansado... tu sabes...

- ¿Qué? – escuche que me susurró temblorosa. Yo solo quería que sufriera.

- Siempre fuiste buena con esa boquita cariño- dije sonriéndole - ¿no te gustaría arrodillarte ante mí un momento? Si quieres puedo pagarte...

Ella estaba pasmada. Y yo también en realidad. No sabía de dónde mierda había sacado tanto odio y tanta mala palabra. Yo no era así. Aun así seguí con mi veneno.

- No creo que esté disponible para ti cariño... - le susurré al oído- no soy plato de segunda mesa de ninguna golfa - le dije, soltándola con brusquedad y largándome, para aferrar la mano de Ángela como si fuese mi tabla de salvación.

Nos subimos al jeep de Emmett y este partió sin hacer un solo comentario. Yo estaba furioso todavía, y sentía que la sangre me golpeaba las sienes. Gruñí enojado conmigo mismo. De donde mierda había salido toda esa furia. Yo nunca trataría así a una mujer. No importa quien fuera. Cathy se moriría si se enteraba que su hijo era un maldito HDP que trataba a las mujeres como basura... ¿en realidad le ofrecí dinero a _______ por sexo oral...? Mil veces cabrón  

Pervirtiendo a James Where stories live. Discover now