Capítulo 17 "Tomando el control"

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  No sé cuanto rato estuve llorando en brazos de mi madre. Parecía un niño pequeño, mientras me apretujaba a su regazo y Cathy me acariciaba el cabello. Yo hable y hable, y ella me escucho. Necesitaba desahogarme y mi madre fue la mejor para ello. Sin recriminaciones de ningún tipo, solo me escucho. Y yo lo agradecí. Estaba mejor. Había sido como una catarsis. Ahora me sentía sin pena en el corazón. Sabía que tenía que hacer algo..

No note en qué momento se fue Tanya, pero agradecí que lo hubiese hecho en silencio. Luego de unos momentos muy largos, Cathy hizo la pregunta que yo no quería responder.

- ¿Qué harás ahora James?

- Me gustaría saber eso a mí también- se oyó una voz a nuestras espaldas.

Me volví y vi ante mí a mis hermanos. No me miraban con muy buena cara.

- Mama, debemos hablar con James – dijo Rosalie, ceñuda.

- Si... y debe ser ahora –

Cathy los miro primero y luego a mí.

- James? – pregunto Cathy, pidiendo mi beneplácito.

- Tranquila mama . Debo hablar con ellos.

Antes de dejarme, Cathy me dio un pequeño abrazo y susurró a mi oído.

- El amor es lo primero-

Luego se fue y me dejo con mis hermanos. Esto no se veía nada bien.

- ¿Se puede saber hasta cuando piensas seguir de idiota con esta... mujer? - dijo Liam, completamente enfurecido.

- ¡Le advertí a esa zorra que no se volviera a acercar a ti!- chillo Rosalie.

- ¡Ella tiene la cara de decirte todo eso... y de pedirte explicaciones... no se que se cree! – seguía diciendo Liam.

- No, y todavía se cree con derecho a pedirte que sean amigos...

Los mire incrédulo mientras hablaban y hablaban.

- Debes dejar de verla inmediatamente... no te hará más que daño—

- Ella es una mala influencia para ti... mira lo que te obliga a hacer...acostarte con Tanya, que bajeza...

- Hay que hacer algo.... Podría ir y romperle un par de huesos...

Suficiente.

- ¡Ya basta! – grite, con furia.

Me miraron un poco asustados, yo nunca había levantado la voz. Bueno, casi nunca y a ellos, definitivamente jamás.

Aproveché mi momento de silencio para hablar.

- Miren- dije, con fuerza en la voz- se que ustedes me quieren y están interesados en mi bienestar. Y lo agradezco, en serio. Pero una cosa es que se preocupen y otra muy distinta es que quieran tomar toda mi vida en sus manos... ¡no lo permitiré!

Rosalie me quedo mirando con la boca abierta.

- Pero James, es que ____...

- ¡No!- les volví a gritar- precisamente allí en ese punto es donde menos quiero que se involucren. Yo sé que no he sido muy maduro... pero es mi vida y no quiero que se involucren... si quieren hace algo al respecto, pueden opinar y yo veré si acepto o no sus opiniones... porque ¿qué es eso Rosalie de andar por la vida golpeando a quien no te agrada...? Eso no te hace mejor persona. Y Liam... ¿Cuándo comprenderás que para avanzar en la vida hay que perdonar y perdonarse?

Ellos no se lo creían y yo tampoco a decir verdad.

- Pero James... ella te hace sufrir... no nos gusta verte llorando...

- Lo sé. Y lamento esto que han presenciado. Pero quiero decirles que no me verán así otra vez. Mis lágrimas eran por mi propio error, no tanto por ella. Es que es increíble que sea tan pendejo como para equivocarme una y otra vez. Pero no más. A partir de ahora hare lo correcto. No más pendejadas. Y eso incluye que ustedes no se metan en mis cosas. Yo lo destruyo y yo mismo lo arreglo.

- Eso significa que tu y ella...

- Eso significa que yo amo a ______ Swan. Sé que se porto mal, que se equivoco, que hizo mil estupideces, que no es la mejor de las personas pero ¿saben qué? yo aun así amando. Y la amo por ser tan imperfecta, tan inmadura y tan complicada como lo es... simplemente no me hubiese enamorado si fuese distinto.

Liam y Rosalie me miraban como si se me hubiese zafado un tornillo.

- Pero esperen- le dije- no creerán que ya me volví loco y que me han perdido para siempre...

Vi a Rosalie respirar y a Liam relajarse, mientras se acercaban a mí.

- Tengo una idea- les dije – y allí si quiero que me ayuden- Solo necesito su consejo y orientación, la decisión es mía.

Me miraron con genuino interés. Era bueno que se callaran un momento y poder hablar sin que te interrumpiesen.

- Bueno... ¿qué es lo que tienes en mente...?

Yo sonreí y les comencé a contar mi idea.

Luego de varias horas conversando, mis hermanos ya estaban algo convencidos. A Alice no tomo mucho convencerla y Ángela estuvo de acuerdo en un momento también. Ahora faltaba la parte difícil: convencer a Emmett.

Rosalie lo llamo y en cinco minutos estaba en casa, con una sonrisa radiante y una flor en la mano. Rose lo tenía comiendo de su palma, quien lo diría, si al principio se llevaban tan mal. Eso me daba esperanzas. Si hasta ellos estaban juntos...

- Emmett – dije yo, en cuanto hubo saludado a Rose – fui yo quien te mando a llamar.

- Ah, bueno... ¿qué quieres James?

Uh, Creo que. Esta enojado

- Bueno, Necesito tu ayuda.

- ¡Vaya! ¿Y en que puedo ayudar yo? - preguntó, sentándose en el sillón.

- Bien pues... esto tiene que ver con tu hermana...

- ¿______? – Pregunto él, algo inquieto- Mira James, si estas planeando algo feo contra ella, te digo en seguida que no podre ayudarte...

- ¿Emmett, podrías escuchar primero?- le dije.

- Bueno... está bien... escucho... pero cuidado con querer herirla...

Rosalie bufo, mostrando su desacuerdo. Liam lanzo una risa tonta y Ángela y Alice rieron con ganas.

Emmett, no deberías defenderla tanto, ya sabemos que ella tiene sus garras afiladas- gruño Rosalie.

- Amorcito mío, te entiendo perfecto, pero como tu defiendes a tu hermano yo defiendo a la mía... no será un algodón de azúcar, pero es lo que me tocó... y sinceramente está tratando de recomponerse...

- Seguro- gruño Rose.

- Bueno, ya basta- gruñí yo esta vez- Rose, si no puedes tener tu lengua quieta...

- No te preocupes, James, yo me encargo de su lengua- dijo Emmett, mirándola con deseo.

Increíblemente, eso resulto. Rosalie no volvió a abrir la boca.

- Emmett, necesito saber exactamente lo que debo hacer para que tu hermana desee estar conmigo – dije yo, al grano y directo.

Emmett me quedo mirando confundido.

- Bueno... yo no sé mucho de sus gustos, pero... su quieres mi opinión, te he visto metiendo la pata una y otra vez... al igual que ella claro. Por un lado me agrada que me preguntes... ella no me permite ayudarla. Es tan terca...  


Pervirtiendo a James Where stories live. Discover now