«Gemidos, viaje, suciedad y narices rotas»

5.5K 335 51
                                    


Capitulo treinta y ocho.

Leah's POV.


Justin sacó otra maleta y la puso sobre la cama. Doble una chaqueta, y la tiré dentro de la mía, me giré para tomar otra cosa, y entonces sentí unas manos en mi cintura que me jalaron hacia atrás.

Sonreí, y segundos después sentí sus labios en mi mejilla.

—Estoy empacando. —me quejé riendo.

—Lo sé. Diablos, ¿Cómo es que eres tan hermosa?

Reí y negué con la cabeza. Justin estaba loco. Y yo estaba loca por él. Maldición, completamente. Me giré, y acaricié su mandíbula para luego atacar sus labios como nunca antes. Cerré mis ojos y solté un suspiro por en medio de nuestros labios, estos estaban hirviendo, desesperados por encontrar la suavidad y tranquilidad del otro. Entonces Justin bajó sus manos lentamente hasta mi trasero y yo subí mis manos a sus hombros. Me impulsó, y rodee sus caderas con mis piernas. Lo abracé por el cuello, y seguimos besándonos, como si fuera la primera vez. Con un jadeo de su parte, mi lengua invadió su boca.

—Maldición muñeca. —gimió. Sonreí contra su boca, y mordí su labio durante apenas un segundo, haciéndome sentir a mí misma, una puntada en la ingle.

—¿Por qué me llamas muñeca? —pregunté jadeando. Sus besos pasaron de mi boca a mi mejilla, y después a mi cuello.

—La primera vez que te vi lo único que pude pensar fue que eras una. Eres tan perfecta. —susurró.

Me reí.

—Dios, eres todo lo que necesito. —Tome su mentón con suavidad y lo subí para unir nuestros labios de nuevo.

—Mira Leah, esto es tuyo.

Abrí mis ojos, e hice que Justin me soltara para ver a Kendall algo sonrojada en la puerta de nuestra habitación.

—Uh, yo... lo siento. —dijo poniendo una mueca, y luego regalándonos una sonrisa. Sonreí también y Justin soltó una carcajada, humedeciéndose los labios y pasándose la mano por el cabello. Se fue al armario y siguió sacando cosas para ponerlas en su maleta.

Kendall me pasó una sudadera azul oscuro, con detalles blancos.

—Estaba en mi ropa. —se rió. Lo tome y le sonreí.

—Gracias.

Me guiñó un ojo y salió de la habitación. Entonces, Damon entró.

—Oye, creo que tendremos que tener un ligero cambio de planes. —musitó desde su lugar.

Justin lo miró.

—¿Eh?

—Empaquemos y vámonos hoy. Si nos vamos en la madrugada, le tomará a Isaac un poco más de tiempo darse cuenta de que no estamos.

Justin asintió.

—Vale, a las dos salimos.

Damon asintió y salió de la habitación. La casa estaba echa un caos. Teníamos cosas tiradas por todas partes, y gracias a Dios nos quedaba una hora para ordenarlo todo. De lo contrario, no podríamos.

***

Desperté porque sentía que algo goteaba por mi mano. Abrí mis ojos y gemí cuando me moví, porque mi espalda dolió. Maldición. Miré a los chicos, hace unas dos horas habíamos parado para que Damon condujera.

BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora