«Sensaciones»

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Capitulo treinta.

El viento que golpeaba en mi mano hormigueaba. Picaba, se sentía tan excitante y tan libertador a la vez. Luego levante ambos brazos. Era simplemente maravilloso. De vez en cuando, no está mal concentrarte en sensaciones que la mayoría de las veces se pasan por alto. Por ejemplo cómo la respiración se irregula cuando estás en medio de un beso. La sensación del viento golpeando en tu cabello. La sensación de poder hacer lo que te plazca. Ese placer, de hacer lo que quieras donde sea y cuando sea.

Le quité con suavidad el sombrero negro a Justin. Me lo coloqué y le sonreí coquetamente. Con amor. Él sonrió de lado, sin mirarme. A sabiendas de que ya lo estaba viendo yo. Su sonrisa era tan maravillosa. Me cautivaba, una vez más. Es probable que jamás me aburra de volver a enamorarme de él. Porque lo hago cada vez más, cada día un poco más.

El auto en el que íbamos era descapotable. De color rojo, un color que no se pasaba por alto muy a menudo. Pero el color que fuera, no pasaría desapercibido siendo pegado a este auto.

Moví mi mano con el movimiento que hacen las olas del mar. Nos encontrábamos en una carretera, a unos quince minutos de la mansión del padre de Justin. La verdad es que no me apetecía ver a Helena en lo absoluto, pero era peor que dejara ir a Justin solo.

Con Gavin, la cosa era diferente. Él era simpático, entretenido, y parecía siempre estar esperando a que Helena y yo nos arrancáramos el cabello. Justin iba a la mansión con la misión de conseguir dinero de una forma más... razonable. Tal vez más limpia, si es que se le podía decir así. Necesitábamos sacar a Damon. Este era el tercer día que Justin llevaba fuera después del juicio y Kendall había estado bastante desanimada, había visitado a Damon ayer, había llegado con los ojos hinchados. Entonces Justin le había prometido que lo sacara de ahí fuese como fuese.

Lo gracioso es que ambos adoraban a Damon. Entonces podían comprenderse a la perfección. Miré de nuevo a través de mis gafas de sol a ese precioso hombre que tenía a mi lado. Su nariz era pequeña y respingada, sus labios lucían deseables para mí como siempre, y sus mejillas estaban ruborizadas debido al calor que emanaba los pequeños rayos del atardecer.

Ahora el si se giró a mirarme. Usaba gafas de sol completamente negras. Y su cabello se había despeinado un poco más cuando hace unos minutos me había adueñado de su sombrero. Estiró sus labios, tirándome un beso. Sonreí. Él se inclinó ligeramente para hablarme. En la radio sonaba la canción ''This Love'' de Maroon 5. Me incliné también para oírle. Casi sin resistir la tentación de besar sus labios.

-Me encantas. -susurró.

No lo evité.

No podía besar sus labios, porque eso probablemente haría que en segundos, nuestras manos fueran incapaces de dejar de tocar el cuerpo del otro, así que besé su mejilla con suavidad.

Un beso dulce, y lleno de mi amor.

-Lo sé-le susurré. -Y tú me encantas a mí.

Justin sonrió satisfecho. Amaba esa sonrisa.

Me complacía. Me hacía sentir que de verdad disfrutaba de mi compañía, y más. De mi amor. Justin cantó un trozo del coro con suavidad, deleitándome con su dulce voz. De pronto, en su rostro cruzo ese flash. Seguido por esa sonrisa que me avisaba que algo había planeado. Más bien, que algo se le había ocurrido a esa preciosa e inteligente cabecita suya. Me quejé.

-Ay no. -gemí. -conozco esa mirada a la perfección.

Él sonrió socarronamente.

-¿Ah sí?

BANG ll: Explosion of love.Where stories live. Discover now