«Problemas»

7.4K 406 23
                                    

Doce.

Justin había estado harto.

Bien, estar en un hotel no era lo suyo. Los días que debíamos esperar para ir a una de las casas de Adam ya habían pasado, y por suerte, nos habíamos ''mudado'' ya.

Él había estado cabreado, y además, yo estaba un poco enojada. Él no me había dicho nada aún sobre lo que Cassandra le había comentado y me molestaba eso. Demonios, quería, y necesitaba que él confiara en mí. De lo contrario, yo no podría confiar en él.

Justo ahora, estábamos en la casa de Megan. Con Cassandra, y Kendall. La última estaba algo reacia. Siempre que veía a Cassandra, se acordaba de que ella alguna vez había tenido sexo con Damon y los pelos se le ponían de punto. Lo más gracioso, es que para ese entonces, cuando Cassandra y Damon habían sido ''amigos con beneficios'' Cassandra estaba interesada en Adrián, y todos sabíamos que siempre lo había estado. Las chicas estaban bebiendo cocteles, y hablando. Pero yo simplemente no podía unirme. Justin había ido a una maldita carrera, y tenía miedo. Joder. ¿Y si le pasaba algo?

Era inevitable no preocuparme por él. Como siempre había sido duro y me había asegurado que estaría bien. Pero simplemente no podía creerle. No así.

Además le había dado con que sería mejor que estuviéramos los dos, solos. En donde fuera. Quería que ambos nos fuéramos, y nos alejáramos un poco de los demás para concentrarnos solo en nosotros. Francamente, no sabía que era lo mejor. Megan me dio un pequeño empujoncito.

—¿Qué pasa chiquita? —Me dijo. —¡Vamos, es una noche sin hombres!

Le sonreí ligeramente.

En el fondo de mí, tenía un maldito mal presentimiento.


Justin's POV.

No quería que Adam ni Damon tomaran más. Maldición, Adam tenia veintiocho años y se le ocurría embriagarse como un crio de dieciséis. En general, ambos me tenían harto. Justo ahora era el que menos había tomado.

Había aceptado salir con ellos. Habíamos corrido, y me había ganado un maldito auto, totalmente genial. No quería tomar justo ahora, pero ellos no habían pensado igual que yo. Estaba en un bar desconocido, en una maldita ciudad desconocida, y sin nada más que mis dos amigos idiotas totalmente ebrios y un arma escondida en mi ingle.

El lugar olía a alcohol, cigarrillos, y sexo.

Por todas partes. Oh, sexo. Ese era mi problema. Eso era lo que necesitaba. ¿Pero cómo? Joder, no podía. No podía ni engañarla, ni obligarla a que lo hiciera conmigo. Usualmente no era así, y era extraño como mi temperamento y mi personalidad en lo general cambiaban cuando estaba a su lado. Si hubiera sido otra chica, probablemente no hubiera tenido que esperar. Pero era ella, así que lo haría. Joder. Es que no había nada más en este maldito mundo que no hiciera por Leah.

El humo de cigarrillos se concentraba tanto en el espacio que te dejaba a veces sin respiración, y todo adquiría una visión un poco borrosa, a causa del humo. Justo ahora estaba solo, parado mirando a Adam y a Damon. Este lugar era peligroso y yo lo sabía. Nadie que fuera bueno entraba aquí. Y aunque no quisiera admitirlo, sabía que todos en este maldito lugar andaban con un arma escondida por allí o por allá.

De los dos, el más borracho era Adam. Ni si quiera podía sostenerse, en cambio, Damon no hablaba tantas incoherencias y se sostenía por sí solo. Entonces vi como Adam golpeaba la barra, y luego tiraba a la mierda todos los vasos que tenía cerca. Se levantó, tambaleándose y lanzó el taburete lejos. Me acerqué para jalarlo de la camisa y llevar a estos dos idiotas al auto.

BANG ll: Explosion of love.Where stories live. Discover now