«Oscuridad»

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Capitulo veintiséis.

Justin's POV.

Solté una maldición por enésima vez desde que estaba en este puto coche. Aun me dolía un poco la cabeza, pero no se comparaba con el dolor que había sentido hace minutos atrás cuando me desperté.

Y me estaba desesperando. Estaba encerrado en el maletero de un –repito- puto coche. Con mis manos y mis pies atados, además de tener una cinta en mi boca, lo que lo hacía peor.

Y con Leah a mi lado. Intentaba darle el máximo espacio posible. Me costaba respirar y me estaba mareando. Era claustrofóbico, y el bastardo de Dominic lo sabía.

Porque él también lo era.

La fobia se había desarrollado luego de quedar encerrados en un ascensor durante horas junto a nuestra ebria madre. Nos habíamos pasado casi toda una mañana encerrados. Y para cuando nos sacaron, eran las tres de la tarde.

Leah aún no despertaba y me temía que le hubieran dado algo más fuerte que a mí para ponerla inconsciente. Me prometí a mí mismo que hoy terminaría la mierda con Dominic costara lo que costara. Luego de eso sacaría a Leah de aquí, e intentaría tener con ella una vida algo más tranquila. Aquí dentro no podía ver nada. Calculaba que llevaba media hora despierto. Y no sabía cuánto inconsciente.

Mi cerebro estaba seco. Durante la última maldita media hora había solo estado pensando en cómo sacarnos de aquí a ambos. Habían quitado nuestros teléfonos y el poco dinero que tenía en los bolsillos, junto con mi billetera.

Iba a deshacerme de Dominic con mis propias manos. Era lo mejor.

Seguimos avanzando, mientras yo seguía exprimiéndome el cerebro pensando en cómo sacarnos de aquí, uhm, con vida.

El auto donde íbamos frenó de golpe, haciéndome golpear mi espalda contra la pequeña pared de los asientos. El cuerpo de Leah se sacudió en su lugar, para quedas de espaldas y encogida de nuevo, aún inconsciente. Dominic junto a uno de los hombres abrieron el maletero del coche, cegándome durante un segundo con la luz del foco blanco de la calle.

El hombre iba a tomar a Leah en sus brazos, pero Dominic le colocó el dorso de la mano por delante.

—Déjala. A mi cuñada me la llevo yo. —Me guiñó un ojo, y me sonrió burlonamente, haciendo que la sangre me hirviera. Entonces la tomó en sus brazos. Leah estaba atada también pero solo de sus manos. Su boca también estaba cubierta por la cinta. Cuando Dominic la tomó su cabello se fue hacia atrás, y su espalda se arqueo, dejando los pechos de ella muy cerca de su cara.

Él sonrió otra vez.

—Qué lindo. —comentó.

Entonces comenzó a caminar. Yo aún estaba dentro. El tipo que antes iba a tomar a Leah me tiró de la camisa, como arrastrándome. Me desató los pies, y tiró de mí de nuevo, para sacarme de ahí.

Me lanzó con fuerza contra el pavimento, cerrando el maletero del auto. Mis codos impidieron que mi rostro chocara de lleno contra el piso. Me levantó por la camisa, obligándome a caminar a su lado. Entonces el auto donde había estado, -calculaba- la ultima hora, arrancó.

Entramos a una especia de bodega. El interior estaba sucio, y algo oscuro. Lucía en realidad como un depósito. Me colocaron sentado en el suelo, apoyado contra un pilar, y me amarraron allí con esposas y una cadena. Mis esposas estaban unidas a la cadena, haciéndome rodear el pilar. A Leah le hicieron lo mismo, en el pilar próximo, en frente de mí. Desde aquí podría verla a la perfección y estaba temiendo que Dominic quisiera torturarla especialmente para que yo lo viera.

BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora