«Preparativos, dieta, y más preparativos»

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Capitulo cuarenta y nueve.


Un mes después.

Leah's POV.

Ya nos encontrábamos en abril y el día de nuestra boda se acercaba cada vez más. Como John nos comunicó, sería el veinte de mayo en el Caesars Palace en Las Vegas. Justin y los chicos eran los más emocionados por el lugar. Y Ashton, seguía con la idea de tener un tigre a su lado.

Me gustaba ver a Justin así. Parecía un niño, y se emocionaba por muchas cosas. Miré como un montón de novias apuntaban con su aparato las cosas que querían. Justin estaba igual o peor que ellas.

—¡Mira Leah, una pantalla gigante! —exclamó corriendo hacia ella. Tomé aire y lo seguí. Se parecía a los críos de seis años cuando paran en las tiendas con sus padres y se vuelven locos con los juguetes de navidad.

Miré el precio. Joder.

—Justin, es cara. —dije.

—¿Y qué? Tus padres son ricos.—se encogió de hombros.

Suspiré.

—Ya, pero igual, ¿Dónde piensas meter esto? —pregunté—Ni si quiera tenemos casa.

Lo pensó unos segundos.

—¿En este lugar venden casas? —preguntó. Solté una carcajada. Las mujeres lo miraban, algunas con deseo y otras como si fuera el amigo gay de la novia. Se estaba comportando como una niña en este lugar. Sonreí y tomé su rostro para besarlo y demostrarle a todas esas tontas con el hombre que me casaría, y que era mejor que cualquiera de los demás que ni si quiera estaban aquí.

Cuando me separé de él sonrió.

—¿Marcando territorio, muñeca?

—Siempre.

Tomó el aparatito y apunto a la pantalla.

—Podrás ver Friends con Damon como estando en el cine.

Me reí. Yo llevaba algunos set de vajillas, toallas y cosas que sabía que nos servirían más que una pantalla del porte de una pared. Pero también era su boda, y Justin a lo más había elegido un par de flores azules para la decoración del salón, que aún no estaba totalmente terminada.

Organizar una boda no era tan fácil como creí. 

De pronto Justin se me perdió.

Cuando logré divisarlo, abrazaba a una mesa de billar como si fuera una mujer. Me miró con cara de cachorrito abandonado y suspiré, caminando hacia allá.

Si seguía colgándose de ella los guardias vendrían y lo sacarían de la tienda por loco.

—Justin no te cuelgues. —susurré media avergonzada.

—Me amarraré a ella si es posible. —dijo decidido.

—¿Para que la quieres? Sueles ir a jugar con los chicos a los bares.

—¡Si la tenemos no iré a otro bar! —gimió. —Por favor. Seré el más envidiado de mis amigos.

Se me acercó y me tomó por la cintura.

—Te tendré a ti como esposa y a esta belleza en una sala para hombres. Todos querrán tener mi vida.

Lo miré ofendida.

—¿Y yo no soy una belleza?

Se mordió el labio, mirando la mesa, y luego a mí.

—Por supuesto que sí, mi amor. —tocó la mesa unos segundos—pero ella también lo es. Vamos, no mires el precio. Charlie la paga.

BANG ll: Explosion of love.Where stories live. Discover now