«Tengo miedo»

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Capitulo veintiuno.


El almuerzo con mi familia pasó a ser una cena que no estuvo para nada mal. Amanda y Liam también estuvieron allí así que Amanda se encargó de colocar temas de conversación sobre la mesa, como lo solía hacer en cualquier parte a la que fuera.

Salí de allí sonriendo como una idiota.

Ahora, llevaría a Justin a dar un paseo por el centro de los Ángeles. El centro siempre era una locura. Estaba tan lleno de edificios y autos por todas partes que en cierta manera se parecía bastante a New York.

Ya era de noche, aproximadamente las nueve. Tomamos un taxi que nos llevó desde la gran mansión a nuestro destino. Caminamos de la mano por las calles, hasta llegar a la playa.

Estar aquí de noche era lo máximo, con todas esas luces y las palmeras... era lejos el mejor paseo que había tenido alguna vez.

—¿Justin? —pregunté. Él me miró.

—¿Si?

—¿Qué haremos? —suspiré. —Es decir... viniste hasta aquí y yo...

—¿Te refieres a que donde estaremos? —preguntó de vuelta. Asentí sin poder decir algo más. Él había venido hasta aquí, y francamente me daba un poco de miedo irme. Aunque no sé, no me importaba mucho en realidad. Lo quería a él, y solo a él. Lo otro me valía.

—Pues no lo sé. Yo solo me preocupo de nosotros. —Suspiró. Apretó mi mano para seguir caminando. En este par de días había vuelto a dormir en el departamento con Zoey. Ella se había ido con unos días con su madre porque estaba enferma, así que tenía una idea fantástica.

—¿Pizza y película en mi departamento? —pregunté tímida. Él paró de caminar y me tomó por la cintura, acercándome a él.

Me besó sin previo aviso. Me dejo queriendo más, ya que había sido un beso corto, y delicado.

—Claro. ¿Qué se te ocurrió, pequeña pervertida?

—Yo no tengo segundas intenciones. —contesté como una niña buena.

—Oh vamos, cualquiera tiene segundas intenciones conmigo, muñeca.

Me sonrojé.

—No. Eres un pervertido.

En ese momento un taxi vacío pasaba por la calle. Hice un ademán con la mano y paró rápidamente. Justin abrió la puerta para mí y subí. Cuando llegamos al departamento no había nadie. Esto era fantástico. Zoey aún no volvería y tendría a Justin para mi sola.

Bueno, no es como si tuviera que compartirlo con alguien más.

Me quité los zapatos y deshice la cola de caballo al entrar. Desordene mi cabello y lo miré. ¿Por qué era tan lindo? Estaba usando una camiseta blanca sin mangas y una camisa a cuadrille azul encima de esta combinada con pantalones negros.

Prendí la televisión del living para meter algo de ruido y entonces le indique que fuéramos hasta la cocina. Tome el teléfono que estaba en la encimera, y le miré marque el número, y justo entones sonó mi celular.

—Pídela tú. —me quejé tomando mi celular. Lo tomé y me puse en la puerta de la cocina. Justin tomó el teléfono.

—¡De piña! —le dije contestando. —¿Hola?

—No quiero esa asquerosidad muñeca—gimió. —De peperoni.

—Ya ya. —rodé los ojos. —¿Quién habla?

BANG ll: Explosion of love.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon