Revenge for love (Homicidal Liu y tu)

Capítulo 26

*Pov Liu*

Seguía forcejeando para que el cuchillo de aquel hombre no acabara clavado en mi garganta. El estaba a orcadillas sobre mi y yo sujetando sus muñecas. Hasta que de una patada alguien lo quitó de encina mía, fue Jeff. Luego se acercó al hombre que estaba por levantarse, pero le pisó la mano haciendo que soltara el cuchillo, y luego lo levantó sujetándolo de los brazos.

—Alan... —Dijo anonada Enma.

—Pero... ¿Cómo? —Preguntó Rose.

—Enma, Rosa... —Las miró sorprendido el hombre. —¿Qué hacéis vosotras aquí? —Preguntó sorprendido.

—Una larga historia. —Contestó Enma.

—Pensábamos que habías muerto. —Susurró Rose. —¿Qué pasó exactamente? —Preguntó aún con su cara sorprendida.

—No iba a permitir que os disparasen a vosotras u os paraséis a recogerme. Así que me hice el muerto para que salierais vivas de allí.

Ambas chicas no dijieron nada más, y corrieron hacia el chico llamado Alan, y Jeff lo soltó para que esos tres se diesen un abrazo. Una vez se separaron el chico miró detrás de mi, con asombro. Yo también miré, estaba mirando a _____, quien estaba tan tranquila leyendo un libro, agena a todo lo que ocurría a su alrededor, como si todo fuese aburrido para ella o simplemente no era de su interés. Luego volví a mirar al chico con una mirada de advertencia:

A ella ni la mires, si no quieres morir.

—¿Esa no es...? —Preguntó dudoso.

—_____ Sullivan, la chica desaparecida. —Contestó Rose. —Tenemos varias cosas que contarte.

—No sin antes acabar con Liu Woods... —Me miró con el ceño fruncido. Pero antes de que pudiese volver a venir hacia mi, las chicas lo sujetaron.

—No Alan, tenemos una alianza con el y con Sullivan. Sara también se la jugó a ellos, y a _____ a la que más. —Dijo Enma decidida.

—¿¡Una alianza!? ¡Maldita sea! ¿Tienes idea de todo lo qué ha hecho? —Preguntó ese tal Alan.

Si el seguía hablando _____ descubriría que soy un asesino, y no un leñador que vivía en el bosque como dije. Pero a estas alturas lo debe de estar sospechando.

—¡Sueltame! ¡Voy a matar a ese maldito psico...! —Antes de que pudiera decir nada más Jeff le dio un puñetazo, luego otro en el estómago y aprovechando que se inclinó por el dolor del estómago le dio un golpe seco en la nuca dejándolo inconsciente.

—¿¡Pero que demonios haces!? —Gritó Enma notoriamente cabreada.

—Lo ataremos y le convencereis de que coopere. —Les ordené a las dos chicas. Algo inseguras asintieron.

Lo sentaron en una silla y comenzaron a atarlo. Yo solo veía de pie como lo ataban.

—Liu. —Me sobresalté por la fría voz de ella a mi lado.

—¿Qué ocurre? —Le pregunté a _____ dudoso.

—¿Puedes venir? —Me preguntó sin expresión, como suele estar desde que recuperó gran parte de su memoria.

—¿A dónde? —Pregunté.

—A mi cuarto. Tenemos que hablar. —Contestó con una mirada seria.

—Claro. —Tragué pesadamente mientras comenzaba a seguirla hasta su habitación.

Tras entrar en su habitación ella se sentó en la cama, y yo me apoyé en la pared frente a ella.

—¿De qué quieres hablar? —Pregunté con inquietud.

—Quiero que me cuentes la verdad, que dejes de mentirme como lo hacías cuando no recordaba nada. Ahora que recuerdo casi todo sé que me has estado mintiendo, y quiero saber la verdad. —Dijo con seriedad.

—¿A qué verdad te refieres? —Me atreví a preguntar, pero ya me hacia una idea de a qué se refería.

—¿Quién eres en realidad, Liu Woods?

—Yo... —No sabía como contestarle.

—¿Eres un asesino? —Preguntó directa.

—¿Qué te hace pensar eso? —Traté de mentir, pero sabía que ella era más astuta.

—Cuando Sara nos tenía en su sótano mencionó que tu eras un asesino, tus cicatrices, vives aislado en el bosque, esas chicas y ese chico te buscaban de antes al igual que Sara y antes ese tal Alan estuvo a punto de llamarte psicópata de no ser por que Jeff lo calló a golpes. —Su mirada era bastante fría, tanto que un poco más y sentiría escalofríos. —¿Vas a negarlo, Liu?

—No... —Susurré.

Un silencio incómodo se creó en el ambiente. No sabía si su silencio era por que lo estaba asimilando o por que no sabía que decir. Quizás era hora de confesarse, tratar de suavizar este tema y sacar a la chica que conocí la cual está siendo sustituida por la chica neutral que se encuentra frente a mi.

—Pero... Si te lo oculté fue para que no tuvieras miedo, para protegerte. No lo hice con malas intenciones.

—¿Para protegerme? —Me dio una mirada en la que podía distinguir odio.

—Sí, para protegerte, para que no tuvieras que vivir con el miedo de pensar que en cualquier noche podría matarte. Por que yo no soy así. —Fruncí el ceño.

—¿Y cómo eres? Eres un asesino, has matado a gente inocente, que no tiene culpa de nada. Quizás también habrás matado a escoria de la sociedad, pero eso no quita que sean personas. —Hubo unos segundos de silencio mientras ella apretaba la mandíbula. —No tienes ni idea de cuanto odio a los criminales... —Dijo entre dientes dejando algo de lado su frecuente neutralidad.

—Hablas de mi como si fuera la peor persona del mundo... ¿Y tu, qué? Te has cargado a tres personas. No me vengas como si fuera un monstruo. —Volví a fruncir el ceño.

—Fue en defensa propia. —Me miró fulminantemente.

—Eso no quita que las hayas matado.

—Pero yo en ningún momento oculté la verdad, sin embargo tu me has mentido en varias ocasiones. —Frunció el ceño.

—Ya te he dicho que te mentí para que no me tuvieras miedo.

—¿¡Y por qué te importa tanto que te tenga miedo o no!? —Alzó la voz exasperada, abandonado cada vez más esa faceta neutral. Esta no era la mejor manera de hacer que dejara de lado ser neutra. Se puso en pie frente a mi mirándome con desafío y odio.

—¡Por que te quiero! —Alcé la voz.

Su cara seguía mostrando enfado, pero también algo de desconcierto. Antes de que dijiera nada, coloqué mis manos en sus hombros, puse su cuerpo contra la pared con algo de fuerza, y estampé mis labios contra los suyos bruscamente.