Revenge for love (Homicidal Liu y tu)

Capítulo 24

*Pov _____*

Habían pasado unas horas desde que Liu me recostó en mi cama, besó mi frente y se fue. Todo lo recordado me era difícil de asimilar, pero debía hacerlo, todo era real aún que parezca una pesadilla más que otra cosa. Ahora que era consciente de todo tenía varias preguntar que hacerle a Liu, a Jeff y a esas dos chicas. Me vengaré de Sara, les sacaré toda la información que pueda.

Me levanté de mi cama, y salí de mi habitación. Cuando llegué al salón me encontré con las dos chicas atadas a unas sillas, y a unos metros estaban sentados Liu y Jeff en el sofá hablando. Los hermanos dirigieron su mirada hacia mi con asombro, yo por mi parte no mostré expresión alguna.

—¿Ya estás bien? —Preguntó Liu acercándose a mi. Asentí.

—¿Les habéis sacado información? —Le pregunté secamente.

—No, no quieren decirnos nada. —Volví a asentir.

Me acerqué hacia las dos chicas, y me puse frente a ellas.

—Estais con Sara, ¿Verdad? —Las miré penetrantemente observando cada uno de sus movimientos.

—¿Con Sara? Ni muerta estaría con esa zorra. —Contestó la pelinegra de gafas.

—¿Cómo sé que me dices la verdad?

—¡Esa zorra a matado a nuestro hermano! ¡Tu no sabes lo que es ver como alguien importante para ti muere a manos de alguien frente a tus ojos! ¡Ni tampoco sabes que es perder a un hermano! ¿¡No es así!? —Gritó la pelirroja.

—¿Qué no sé que es ver como matan a alguien importante para mi frente a mis ojos? ¿No sé que es perder a un hermano? —La miré con seriedad. —Mi hermano murió en un accidente de tráfico por culpa de un borracho y mis padres murieron degollados a manos de Sara frente a mi. —Los ojos de ambas se abrieron como platos.

—La chica desaparecida... —Murmuró la pelinegra.

—¿_____... Sullivan? —Preguntó expectante la pelirroja. Yo asentí.

—Los del otro grupo de policía estuvieron buscándote, y tiempo más tarde desaparecieron tus padres creyendo que se habían ido de la ciudad. —Dijo la pelinegra sorprendida. —¿Qué pasó exactamente? —Preguntó impaciente.

—Desaparecí al principio por que en defensa propia maté a un hombre que me intentó asaltar, el mismo que asesinó a mis abuelos por conseguir que arrestaran a su hermano. Luego cuando decidí ir a otro sitio que no fuera la casa de mis abuelos, vi a un hombre y una mujer que eran mafiosos a punto de matar a un hombre, tratando de salvar a ese hombre maté a los mafiosos. Liberé al hombre y al salir de aquella casa, me choqué con su hija. Te dejo que adivines quien era la hija... —Miré a la pelinegra.

—¿Sara? —Preguntó dudosa y a la vez sorprendida.

—Exacto. Aprovechando la ventaja de mi desaparecimiento tenía datos míos y no le fue muy difícil, fue cuestión de tiempo que me pillara, y me llevara al sótano de su casa para después torturarme hasta perder la memoria. —Me crucé de brazos viendo como ambas chicas lo asimilaban.

—¿Cómo conseguistes escapar? —Preguntó la pelirroja.

—Liu estaba también amarrado en el sótano de Sara. Le ayudaron a escapar, el me ayudó a mi y me trajo aquí. Ha estado cuidando de mi mientras recuperaba la memoria, es decir, hasta el día de hoy. —Dije serena.

—Y... ¿Sara mató a tus padres? —Preguntó la pelinegra como si quisiera retractarse.

—En venganza, los raptó, los amarró y los puso frente a mi. Luego los degolló por lo de sus padres. Pasó antes de que Liu fuera atrapado por ella.

—Todo encaja... —Susurró la pelirroja.

—Ahora bien, ¿Estais con nosotros o con Sara? No tenéis más opciones que esa.

—Con vosotros. —Dijo la pelirroja decidida.

—Pero hermana... —Recriminó la pelinegra mirándola.

—Nuestro hermano es más importante que el caso de Liu Woods. —Le dijo a lo que la pelinegra asintió.

Ambas me dieron una mirada decidida.

—¿Vuestros nombres? —Pregunté.

—Enma Thompson. —Dijo la pelinegra.

—Rose Thompson. —Contestó la pelirroja.

—Bien. —Comenté satisfecha. —Desatadlas. —Les ordené a los hermanos Woods.

Algo desconfiados obedecieron, y las desataron. Me coloqué al lado de Liu y hablé bajito para que solo el me oyera.

—Tu y yo tenemos que hablar. —Le dije con seriedad.

Vi su expresión: inseguridad, nerviosismo, inquietud...

*Pov Robert*

Mi turno terminó, al igual que el de Alexander. Salí de mi oficina al igual que el de la suya por lo visto. Salimos de la central de policía y nos dirigimos a mi coche. No necesitábamos hablar por que ya sabíamos la rutina.

Conducí hasta nuestro edificio de reunión casi a las afueras de la ciudad. Aparqué el coche y bajamos. No necesité ni dar la contraseña ni mostrar nada, ventaja de ser el líder de la mafia.

Entramos al interior del edificio, y uno de los que trabajaban para mi se acercó.

—Ya le hemos atrapado. —Dijo en voz bajita. Sonreí.

Avancé con Alexander pisándome los talones. Llegué a la habitación en la que tenía encerrado Roth.

—Hasta que la rata escurridiza es atrapada. —Comenté entrando en la habitación, encontrándome con el chico atado a una silla con cuerdas y cinta adhesiva evitando que hablara. Intentó decir algo pero no se le entendía. —Meses, varios meses desde que te encargué seguir a _____ Sullivan. Te metí en la universidad, la seguías a todas partes y de un día para otro desapareces y también desaparece _____ como si os hubiera tragado la tierra. —Dije algo cabreado.

Me acerqué a el, y de un tirón le arranqué la cinta adhesiva. Tenía varias preguntas que hacerle.

—¿Y Sullivan? —Pregunté directo al grano.

—No lo sé. —Contestó.

Le di una bofetada.

—¿Le has perdido el rastro? —Pregunté furioso.

—Sí... —Suspiré tratando de no matarlo ahora mismo.

—¿Cómo? —Inquirí.

—No lo sé. Desapareció de un día para otro, ¿Por qué no dejas de lado el rencor y la venganza? —Le di un puñetazo.

—No descansaré hasta matar a ese bastardo. Y es posible que ella sepa dónde está.

El no contestó. Encendí un cigarro y le dí una calada. Esto no se iba a quedar así...