Capítulo 32

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*Pov Sarah*

Robert me llevó al lugar dónde él trabaja dentro de su mafia, fuimos en su coche. Una vez llegamos al lugar, el cual se encontraba a las afueras, se acercó a un enorme edificio de un gris oscuro, tenía una amplía puerta, se acerco a ella con el coche, bajó su ventanilla y había un escáner, puso su pulgar y la puerta se abrió. Avanzó con el vehículo, pude divisar que había varios más y aparcó.

Me echó una corta mirada.

—Tu relájate, sé que estar en este sitio pondría nervioso a cualquiera. Pero eres intocable en este lugar, vas conmigo y aparte tus padres eran bastante respetados, de mis mejores hombres. —Trató Robert de tranquilizarme.

—Me alivia un poco saberlo, no voy a negar que estoy nerviosa, toda la situación impone un poco. —Suspiré. —Pero está bien, yo decidí venir aquí.

Y así era, esta decisión la había tomado por mí. Unirme a la mafia puede que no sea la solución más limpia y acertada, pero desde luego me podría dar una gran ventaja. Además, siendo realistas, Robert tenía razón, yo no estaba hecha para el cuerpo de policía, ¿Cuántas veces la he fastidiado con mis impulsos? ¿cuántas veces he actuado ya en contra de las leyes? Se supone que soy policía, pero todo lo que he hecho en los últimos meses ha sido abusar de mi poder y mi puesto. Si se llegan a enterar en el cuartel me caerían unos años de cárcel y no tendría escapatoria, pero tal vez aquí tenga algo en lo que respaldarme si las cosas se tuercen. Ahora puedo contar con esta ayuda extra para encontrar a Sullivan, tal vez me he encaprichado en ella, como un reto personal, alimentado por el odio por haber matado a mis padres. No me importa cual fuera el motivo de ella para hacer aquello, sólo busco vengarme y poder demostrarme a mí misma que puedo llegar más lejos, que puedo ser yo quien ponga las reglas del juego y pasar los límites. Y ahora, es mi turno.

Salí del coche imitando la acción de Robert, me echó una corta mirada mientras seguíamos avanzando. Yo respiré hondo cuando estábamos saliendo de lo que parecía ser una enorme cochera, llena de vehículos lujosos. Abrimos una puerta y tras cerrarla, una nueva sala se habría ante nosotros. Abrí los ojos viendo el panorama: Lámparas de araña lujosas, el suelo con baldosas blancas y negras, las paredes de un color rojo granate, había un mini bar y un hombre detrás de la barra, varios sofás negros con mesas, al fondo había una diana dónde un hombre joven tiraba dardos, también había una mesa para jugar a las cartas imagino y un billar. Todas las paredes estaban decoradas con algún que otro cuadro moderno y la iluminación cambiaba de color de forma fluida, como si fuera un pub.

Robert puso una mano sobre mi hombro, me sobresalté por un momento al salir de aquel trance y le miré.

—¿Qué te parece? Supongo que esperabas un lugar más tétrico, pero no es mi estilo. —Rio un poco. —Siéntate en la barra y pide algo. Volveré en un momento, tengo cosas que hacer, pero no tardaré.

—Está bien, tomate el tiempo que necesites. —Me sentía algo nerviosa estar en este lugar sin la compañía suya, aunque fuera por un momento. Sin embargo no parecía un mal lugar.

Robert se fue por la puerta que había al final de aquella habitación. Yo por mi parte le hice caso, me senté en la barra y empecé a mirar que me podrían servir.

*Pov Robert*

Por el momento no parecía marchar mal la cosa con Sarah, la noté bastante más relajada de lo que iba en el coche. Antes de nada debía encargarme de algunos asuntos, unos cabos sueltos por si acaso, era necesario para evitar que el plan se fuera al traste, y ese no era ni más ni menos que Roth, el chico que mandé a seguir a Sullivan a la Universidad. Tras perderle el rastro decidimos que lo mejor sería darle un escarmiento, no podemos dejar pasar cada error que cometan o sino no te tomarán enserio.

Revenge for love (Homicidal Liu y tu)Where stories live. Discover now