d o c e

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Britt:

Hoy has traído un libro nuevo de un autor que no reconocí, creo que era Edgar Allan Poe o algo así y la maestra de Cívica te lo ha quitado. Te veías algo triste.

Para tu suerte, la maestra está algo distraída hoy en día.

Revisa en tu casillero.

Alex.

PD: Nidia me ha dado la clave.

-

Britt aún no terminaba de leer la carta y admirar su compilación de cuentos de Edgar Allan Poe de vuelta en sus manos cuando corrió hacia el casillero de Alex.

Aaron y Don, los amigos de Alex, se encontraban ahí, pero ella les ignoró y caminó directamente hacía él.

—Hola...

—¿Le robaste el libro a la maestra Becca?—la sonrisa de Aaron y Don desapareció mientras veían a Alex rascar la nuca de su cabeza mientras volteaba a todos lados buscando ayuda.

Los tres amigos hicieron contacto visual antes de que ambos amigos de Alex comenzaran a caminar lejos de ellos lentamente. Las palabras no eran necesarias para saber que sus ojos gritaban un "no nos metas en esto, por favor".

—Escucha, Britt. No fue como tal un robo, simplemente lo tomé de su escritorio al terminar la clase y ella no parecía molesta o algo por el estilo.

—Así es la maestra Becca, pero ahora mismo debe estar diciéndole a la directora Connie lo que hiciste. Vas a meternos en problemas a ambos, tonto—dice la chica, enojada antes de entregarle el libro—. Agradezco muchísimo el gesto, Alex, de verdad, pero no puedes hacer esto. Un par de días sin leer no van a matarme, tendré tiempo para ver Brooklyn 99 y no vamos a ser castigados.

Alex miró el libro en sus manos y suspiró, su mirada estaba fijada en el piso mientras se sentía sinceramente avergonzado de si mismo.

—Lo siento, Britt—suspira de nuevo antes de comenzar a caminar hacia la dirección.

Ninguno resultó castigado aquel día. Ambos terminaron riéndose a carcajadas viendo Brooklyn 99.

La chica de los libros (en edición)Where stories live. Discover now