P r ó l o g o

10.9K 762 126
                                    

Alex tenía una buena vida por encima del promedio: chicas que lo querían (aún si no lo notaba), una buena escuela a pesar de que no era muy bueno en los estudios, unos cuantos amigos, una hermana un tanto loca pero a la que quería mucho y unos padres bastante cariñosos; vivía de la mejor manera posible, jamás le faltó nada de ninguna índole.

Por otro lado Britt tenía una buena vida del promedio: solía encargarse de su hermano menor puesto que sus padres trabajan bastante, pocos amigos debido a su poca capacidad de hacerlos y conservarlo, sin mencionar el estrés bajo el que ella misma se ponía en un ánimo de triunfar, todo ello lo olvidaba siempre que tuviera un buen libro en sus manos, transportándose a mundos de personas maravillosas y hermosas aventuras.

Britt y Alex compartían el mismo salón de clases, los mismos maestros e incluso sus bancas se encontraban bastante cerca, se conocían, pero jamás se habían prestado la suficiente atención, no siempre llegas a conocer a todas las personas que se sientan alrededor de ti.

Pero cierto día el destino decidió hacer una de sus jugadas un tanto cliché para poder juntarles. Un miércoles por la tarde de camino a casa, mientras ambos se encontraban distraídos leyendo cosas, chocaron, el teléfono del chico golpeando la cabeza de la chica y el libro de la misma cayendo al piso.

Rápidamente Alex comenzó a disculparse, tratando de verificar si ella se encontraba bien.

—Lo siento, de verdad, lo siento, Britt, ¿estás bien?—preguntó mientras movía unos cuantos mechones de su cabello para verificar si no tenía alguna marca.

El chico realmente no esperaba que la mano de la chica lo alejara y le entregara su teléfono bruscamente.

—Fíjate por donde vas la próxima vez, muggle—le dijo sin pensarlo, levantando su libro y su cuerpo del piso.

Alex simplemente quedó confundido, ¿él, un muggle?, ¿qué era eso?, ¿debería de sentirse ofendido? También vio como la chica se sonrojaba al darse cuenta de lo que había dicho.

—¿Un qué?

—Lo que dije, Alex.

Britt se dio la vuelta y caminó rápidamente lejos de ahí mientras se regañaba mentalmente de lo que acababa de hacer.

El chico tomó su teléfono, se levantó, caminó a la salida dónde Kiara, su hermana mayor, se encontraba esperándolo en el auto y en cuanto entró al mismo dejó escapar un suspiro de confusión y cansancio.

—¿Mal día?

—Me dijeron... ¿mango? Una cosa así, no recuerdo bien que era.

—¿Contexto?—preguntó Kiara, quien encendió el auto entre risas y conducía con cuidado hacia su casa.

—Chica, lectora, 16 o 17 años, muy enojada conmigo por chocar con ella.

—Muggle, eso fue—su hermana soltó una risa escandalosa—Alex, espero que esta tarde no tengas ningún compromiso porque vas a leer un poco y ver muchas películas.

La chica de los libros (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora