Davos se aproximó a alzar la mano, pero Jane lo detuvo.

-No pensaba matarte en serio, pero después de lo de hoy y ver lo que eres, te juró que yo misma te encajaría la maldita espada en el corazón para que te fueras el infierno. –lo dijo enserio. –Te di oportunidades, pero no sé qué carajos quieres conmigo.

-Está enfermo. –murmuró Connor. –Piensa que eres Diane, su hija muerta.

Davos se tensó antes las palabras de Connor.

-Oh, vamos... cuéntale que solamente quieres pretender que eres su padre porque asesinaste a tu hija después de convertirte. –siguió Connor. –Por eso odias a los vampiros, y te odias a ti mismo.

Jane soltó su brazo, al hacerse para atrás.

-No soy ella. –dijo mirándolo. –Nunca voy a serlo, ya tuve un padre... fue una mierda, pero si me dan a elegir, lo escogería a él.

Davos sintió la sinceridad de sus palabras, y suspiró, Jane era su debilidad, le dolía que lo odiara.

-Roxane, Elí. –murmuró Jane. –Es hora.

Jane volvió junto a Connor y las dos brujas empezaron a susurrar un hechizo. Davos río levemente, pero luego Annie también empezó a decirlo con ellas. La única que no entro de la brujas fue Bonnie, por que no conocía el hechizo.

-¿Qué están haciendo? –pregunto Davos mirándolas. –Soy demasiado fuerte...

Pero de repente, sintió un pulsante dolor en su cabeza. Que hizo que se quejara, Connor miró a Jane.

-Tenías un plan. –murmuró mirándola.

Jane sonrío.

-Eres mi punto débil, entre en pánico. –respondió. Connor sonrío.

Davos cayó al suelo. Annie se acercó a los demás, una vez que Davos estaba debilitado en el suelo, y de su espalda saco la famosa espada de madera.

-¿Quién hará los honores? –pregunto mirando a todos. –Es ahora o perderemos la oportunidad.

-¿De dónde sacaste la espada? –pregunto Jane, ya que ella la había puesto en un lugar seguro.

-Davos te estuvo siguiendo y le encontró donde la escondiste... yo la robe. –respondió Annie.

-Connor tiene que hacerlo. –murmuró Caroline.

Todos la voltearon a ver.

-¿Qué? Él prometió que lo haría. –se encogió de hombros la chica.

Connor frunció el ceño, y miró a Jane, quién solo le asintió.

-Tienes es derecho. –murmuró Jane. –Aparte de que quieres hacerlo.

-Sí pero... estoy débil, es nuestra oportunidad... debería de hacerlo Damon o Stefan. –respondió Connor.

Todos miraron a los hermanos Salvatore.

-Connor, tienes 700 años... créeme, Damon y Stefan no van a poder. –dijo Elí. –La espada fue creada para que tú la uses, estamos perdiendo el tiempo.

-Pero si estoy débil. –respondió Connor obvio.

Jane rodó los ojos y las grietas bajo sus ojos aparecieron, Connor la miró y la chica se mordió su propia muñeca.

-¿Qué? Jane, no... -dije negado.

-Cierra la boca. –tomo su cabeza con fuerza y puso su mano sobre sus labios. –La sangre de vampiro te ayudará más que la de humano, créeme.

Jane SalvatoreWhere stories live. Discover now