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Jane estaba jugando con su pequeña muñeca en la casa Salvatore. En la verdadera casa Salvatore. Mientras, Giuseppe estaba arreglando unos asuntos de trabajo.

Entonces, alguien abrió la puerta.

-Stefan. –murmuró Giuseppe al ver al niño entrando.

-Creo que deje un soldado de juguete aquí. –dijo el pequeño Stefan, entrando descontrolado al despacho.

Pero se detuvo en seco al ver a la niña sentada en el medio del suelo.

-¿Quién es ella? –pregunto a su padre.

Giuseppe se puso de pie rápidamente, al querer sacar a Stefan de la habitación.

-Es hija de un amigo, cuido de ella en lo que viene por ella... ¿tu madre no te llevo con Damon de compras?

-No quise ir.

-Bien, solo... ve a tu cuarto, ahora. –le ordeno Giuseppe.

Stefan le sonrió levemente a la niña, antes de que Giuseppe lo empujara bruscamente fuera de la habitación.

Giuseppe suspiro con frustración: aquella noche iba a discutir con Nadine sobre dejar a Jane en sus manos mientras él trabajaba en su casa... y a Lily también, por no llevarse a Stefan de compras.

*

-Estás diciendo... ¿Qué Davos es humano? –pregunto Stefan mirando a Connor.

-No es exactamente humano. –dijo Connor, mientras que jugaba con la espada de madera en sus manos. –Su sistema es idéntico al de un humano, pero se mueve y actúa como un vampiro.

Jane estaba sentada al lado de Stefan, tratando de mantener una distancia prudente de Connor. Los últimos días había estado evitándolo, literalmente escapando de él.

-Por eso nunca pelea, y manda a vampiros a hacer todo por él. –murmuró Elena.

-Pero... entonces ¿una estaca al corazón no le hace daño? Digo, así se mata a un vampiro. –comentó Damon.

-Si atraviesas a un humano con una estaca al corazón se muere, genio. –dijo Jane con obviedad.

Damon le lanzo un cojín.

-Me refiero a que así se mata a un vampiro, Jane. –dijo, explicando su punto. –Si Davos es fuerte como un vampiro, no dejaría que lo mataran tan fácilmente... pero es débil como un humano al mismo tiempo.

-Por eso crearon una espada para asesinarlo. –comento Stefan. –Alguien que lo odia mucho debió de pensar en eso.

-Aparte de todo el mundo. –dijo Jane con desdén, estaba tan rencorosa a Davos desde lo que paso la última vez.

-Aquí dice que una vieja bruja fue la que creo la espada. –murmuró Bonnie, con un viejo grimorio en sus manos. –Elí Freeman.

-¿Elí Freeman? -pregunto Connor. –Me suena... ¿dice algo más?

Jane frunció el ceño.

-Davos solía tener tratos con un aquelarre de brujas, escuche el apellido Freeman varias veces cuando era niña. –murmuró, recordando el nombre. –Luego tuvo un pleito con ellos, y los sacó de la ciudad... quizás sean ellos.

-La espada fue creada en las afueras de Mystic Falls. –siguió leyendo Bonnie. –En una bodega abandonada... y existen rumores de que los restantes de la familia Freeman viven allí... -cerró el libro en sus manos. –Quizás debamos de empezar por investigar allí.

Jane SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora