—Estás loco. —rodé los ojos. —¿Por qué me chocaste si quieres algo?

Se encogió de hombros.

—Porque puedo. —había respondido.

—Muérete. —mascullé.

La escena se repetía, y se repetía. Cada vez más fuerte.

No podía parar de pensar en lo mismo una y otra vez.

—¿Recuerdas lo que se sentía, Justin? La sensación de poder. El dinero. El riesgo, la adrenalina.

No respondí.

—Cuando ''renunciaste'' te dije que esto no se quedaría así. Vendrás conmigo a Footscray así te guste o no. Trabajarás para mí durante dos meses, y si dentro de ese tiempo no te matan...—se rió a carcajadas. —Pues te puedes ir al diablo, y no nos veremos más. ¿Comprendes? Así pagarás lo que me debes. Pienso que te estoy dando una oportunidad muy buena.

—Estás loco si crees que me iré de nuevo contigo. Antes no sabía lo que hacía. Era estúpido, joven e inexperto. Y no te debo nada.

—Bien que te lo pasaste. Escucha, vendrás conmigo a Footscray o me desharé de ti como la basura que eres. Terminarás enterrado en el mismo cementerio junto a tu padre, pudriéndote y siendo comido por gusanos. Y si llegar a intentar escapar te daré donde más te duela; tú novia lo pagará por ti.

Tragué.

—¿Y si no puedes hacer ninguna de las dos?

—La policía tendrá una lista anónima de todo lo ilegal que has hecho en tu puta vida. Los robos planificados, las obras de arte, lo que hacías para mí. Caerás de nuevo. Una lástima tener una pena tan grande siendo tan joven. ¿No lo crees? Y no te librarás. Lo tengo todo, he vuelto.

—¿Por qué yo? Tienes a más idiotas para esto.

—Porque tú me traicionaste. Somos familia.—Se acercó, y colocó una mano en mi cuello. La apretó con fuerza, dejándome sin respiración. Comencé a moverme como pude, aunque todo era en vano. Lo maldije todo lo que pude mentalmente. Cuando finalmente quitó su mano, sentía una presión horrible en el pecho y en mi cabeza. Comencé a toser. La garganta se me había secado en un segundo. El dolor era como efecto dominó. Mientras intentaba respirar, y tosía, mi costilla dolía como la mierda debido a las sacudidas que pegaba mi cuero.

—Estoy siendo muy considerado contigo. Te daré un departamento, y podrás ir con tu novia y tu amigo ese. ¿No crees que es fantástico? Me desharé de todos si no vienes. Y sabes que la amenaza no va en vano. De hecho, yo podría matarte ahora mismo—presionó la aguja del suero y gemí con fuerza, con la esperanza de que alguien afuera me oyera y sacaran a este enfermo de aquí.

—¿Comprendiste lo que te hablé?

—No puedo llevar a Leah a un lugar como Footscray. —dije casi sin aliento. Mi garganta estaba seca y mi voz ronca. —Tal vez el centro de Melbourne este bien.

Él se encogió de hombros.

—Me da igual la mierda que elijas. Tus trabajos serán en Footscray. Mis socios y yo compramos más bares dentro del sector. Te encargarás de lo mismo que antes, pero con más facilidad.

Me reí sarcásticamente.

Acuérdate de que estás en una maldita camilla, Justin. Intenta no ser tan orgulloso. Te acaba de quitar la respiración.

—¿Alguna vez tuve facilidad? —lo miré.

—Por su puesto. Sobrino del jefe. Una buena posición. Si algo te pasaba Isaiah me iba a cortar el cuello de una vez, eso yo lo sabía. —Sonrió. —Pero ahora tu padre está metros bajo tierra, y tú estás solo en el mundo.

BANG ll: Explosion of love.Where stories live. Discover now