-¿Por qué? Ya tenemos la espada, y Davos está débil... vamos a matarlo y listo. –replico Damon.

-No sabemos cómo funciona, Damon. –le dijo Elena. –Tenemos que usarla con cuidado, es peligrosa.

-Las brujas Freeman no van a querer ayudar. –dijo Connor. –Es decir, no suenan a una familia amable.

-No está en discusión, iremos a ver si encontramos algo allá. –dijo por ultimo Stefan.

*

Alaric estaciono la camioneta, mientras que Jane salía molesta de esta, con la ropa empapada de agua, porque Damon "accidentalmente" había dejado caer su botella de agua sobre ella.

-¡Eres un imbécil! –dijo Jane mientras que sacudía su blusa.

-Fue un accidente. –se disculpó Damon bajando de la camioneta.

-Literalmente me tiraste la botella encima. –replico Jane.

Stefan bajo también de la camioneta, al ver la gran bodega abandonada en frente de ellos.

-Lo bueno es que ya llegamos, un minuto más y se asesinan. –dijo Caroline irritada. -¿Segura que es aquí, Bonnie?

-Sí. –afirmo la bruja. –Bodega abandonada, lejos de la ciudad y del siglo pasado... tiene que ser esta.

-Pues entremos, entonces. –dijo Connor sin darle mucha importancia.

Era una gran bodega, estaba abandonada y tenía todo el aspecto de ser habitada por brujas malvadas, pero ninguno se acobardo con eso. Primero entraron Elena, Caroline y Bonnie, siguiendo a Connor.

Porque últimamente Connor recibía demasiado amor de todos, menos de Jane. La chica lo ignoraba tanto, que ya empezaba a sentirse invisible. Iba a darle su espacio, porque entendía que era incomodo después de tanto tiempo de compañerismo, aunque iba a empezar a meterle presión en unos días si seguía evitándolo.

-¿Connor? –lo llamo Caroline, haciendo que se detuviera.

-¿Qué pasa? –pregunto al girarse a ver a las chicas.

-Alaric y los hermanos Salvatore... -murmuró Caroline. –Ya no están.

Connor miró alrededor, y confirmo que lo que decía Caroline era cierto: Damon, Jane, Stefan y Alaric habían desaparecido.

-Maldición. –murmuró Connor.

*

-Solo... dejen de pelear dos segundos. –pidió Stefan, mientras que aún andaban por los grandes pasillos en los que estaban atrapados. –Estamos perdidos en una maldita bodega encantada, ¿y solo piensan en pelear?

Damon y Jane guardaron silencio.

-Esto no tiene fin. –murmuró Alaric, al volver a pasar por el mismo mueble con un florero que hacía 10 minutos. -¿Por qué nos encerrarían a nosotros en un laberinto?

-¿Por qué te encerrarían a ti en un laberinto, Alaric? –pregunto Damon con ironía. –Es decir, nosotros somos los famosos hermanos Salvatore... alguien tiene que explicarnos que papel haces tú aquí.

-Soy el amigo del más idiota de la familia Salvatore, por lo visto. –respondió Alaric.

-Y un humano. –murmuró una voz femenina al fondo del pasillo.

Todos intercambiaron miradas.

-Díganme que ustedes también escucharon eso. –susurró Damon, fingiendo un tono dramático.

-Familia Salvatore, adelante... es un placer tenerlos en mi casa. –la voz siguió hablando.

Stefan y Damon fueron los que avanzaron a una puerta entreabierta al fondo del pasillo. Damon la abrió lentamente, al ver un cuarto viejo y desordenado, con una gran ventana que iba a dar a algún tipo de bosque a lo lejos. Los cuatro entraron, y la puerta inmediatamente se cerró a sus espaldas.

Jane SalvatoreWhere stories live. Discover now