-Tuve un contratiempo. -respondió al sonreír. -Me pasa seguido.

Todas, literal, se derritieron con su sonrisa.

-Que no suceda de nuevo en mi clase. -dijo Alaric, en un leve regaño. -Pasa.

Connor cerró la puerta tras de él, y se dirigió al único asiento libre, al lado de Caroline. Caroline lo observo sentarse a su lado, y ver la clase sin molestarse en hacer apuntes, mientras que se mensajeaba con alguien y de vez en cuando alzaba la vista para pretender que prestaba atención.

Era muy extraño.

-Si sigues mirándome pensaré que quieres salir conmigo, y voy a ser un problema, cariño. -dijo Connor, a lo bajo, pero Caroline pudo escucharlo.

-No estoy mirándote. -dijo Caroline.

-Claro, y los vampiros existen. -dijo con sarcasmo.

Caroline abrió levemente la boca, sorprendida. Menciono a los vampiros, cuando un chico murió en la mañana, y él llego tarde a clases. Quizás él es el vampiro.

-Connor y compañía, si tienen algo que decir pueden contárnoslo a todos. -le regaño Alaric, que parecía muy gruñón aquella mañana.

Connor miro levemente a Caroline, y luego sonrío.

-Disculpe profesor, pero es que mi compañera me estaba invitando a salir. -dijo con una sonrisa complaciente.

Caroline se quedó helada, y las leves risas de todos invadieron al aula, Bonnie y Elena la miraron como si fuera un alíen, y Alaric solo frunció el ceño.

-Espera, ¿Qué? Claro que no. -negó al instante. -Yo no te estaba invitando a salir.

-¿Por qué ocultar lo nuestro? -siguió Connor en un tono de drama. -Que el mundo se entere que vamos a salir hoy en la noche.

Dios, parecía ser un chico problemático... tenía 20 minutos en clase, y ya había hecho que la clase se desviara del tema.

Antes de que algo peor pasara, el timbre sonó y todos empezaron a levantarse para salir del salón. Caroline parpadeo y cuando se giró para encararlo, él ya no estaba, iba saliendo del salón.

-Caroline... -le llamo Elena.

-Espera. -se puso de pie, irritada, al caminar rápidamente para seguirlo.

Lo vio al final del pasillo, hablando por teléfono.

-¡Hey! -toco su hombro bruscamente.

Él chico se giró a verla, aún con el teléfono en manos, le hizo una leve seña de que esperara y Caroline rodó los ojos. Connor tenía unos lindos ojos color avellana, y olía a fragancia varonil, que haría que cualquiera se derritiera, excepto Caroline Forbes por las mañanas.

-Sí, entonces nos vemos a la salida. -dijo el chico, aún en su llamada. -Ya lo sé Jane, no causare problemas.

Connor rodó los ojos, y luego colgó.

-Ahora sí, ¿Qué sucede, rubia? -pregunto al guardar su teléfono en su bolsillo.

-¿Por qué hiciste eso? -pregunto Caroline directamente, y Bonnie y Elena salieron del salón, mirando la escena.

-¿Hacer qué? -se hizo el inocente.

-Decir que te invite a salir. -dijo Caroline al cruzarse de brazos.

Connor sonrío.

-Bueno, fue divertido. -murmuro. -¿Te parece si nos vemos en la fiesta en casa de un tal Damon, en Mystic Falls, hoy en la noche?

Jane SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora