Capítulo 27 - Parte III

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—¿Qué?— le pregunté asombrada luego de haber encendido la lámpara que estaba en mi buró y haberme sentado.

—Casate conmigo— volvió a decirlo.

—¿Estás bromeando?— pasé una de mis manos por mi cabello y lo acomodé hacia atrás mientras reía.

—Hablo en serio, Valerie. Casate conmigo— se sentó recargado en la cabecera y besó mi mano.

—No podemos hacer eso_ me levanté de la cama y comencé a caminar por toda la habitación —Estás completamente loco.

—Ya lo habíamos pensado— se levantó al igual que yo y me tomó por la cintura.

—Era una locura entonces y lo sigue siendo.

—Me amas y te amo. Deberíamos estar juntos, toda la vida como mínimo— acarició mi mejilla y sonrió.

—Estoy borracha, ¿Por qué te me propones ahora?— reí a carcajadas y dejé mi cabeza recargada en su pecho.

—¿Quieres ir a dormir y repetirlo mañana?

—Eso sería conveniente— me separé un poco de él y sonreí para verlo.

—Entonces voy a insistir hasta que aceptes.

Me alejé de él y volví a la cama.

—Entra, ya es tarde.

—Mañana tenemos mucho de que hablar— volvió a la cama, se acostó a mi lado dejando a Oggy en el borde.

—En el desayuno— me recargue en su abdomen y acaricié su pecho.

—Bien— sonrió y dejó muchos besos sobre mi cabello.

...

Poco a poco comencé a reaccionar, miré el reloj de mi tocador y eran las 12 pm. Mi cabeza iba a explotar.

Me levanté de la cama, caminé hasta el tocador y con una toallita húmeda limpie mi rostro. Era un desastre. El maquillaje que la noche anterior me había favorecido hoy me hacía ver como un mapache.

Desenrede mi cabello y me hice un moño alto y desarreglado.

Salí de la habitación y vi a Oggy parado frente a la puerta.

—¿Qué pasa, amigo?— me arrodillé frente a él y acaricié su cabeza.

—No deja de observarme— dijo divertido mientras se apoyaba en la barra.

Lo miré sobre mi hombro y reí levemente.

—Es que no te conoce.

—Lo hará.

—Claro que si.

Me levanté del suelo y me acerqué a la barra.

—Es hora del desayuno.

—Son las 12 de la tarde.

—La primera comida del día es el desayuno, sea la hora que sea.

Crucé la barra y me lavé las manos en el lava trastes.

—¿Qué vamos a desayunar?

—Luego de una larga búsqueda en tu refrigerador y alacena encontré— golpeó la barra haciendo redobles y reí.

Siendo honesta no había nada de comer aquí.

—Nada, excepto pop tarts y café.

—Suena bastante bien para mi— le dije mientras continuaba riendo.

—Entonces ese es el menú.

Me senté en uno de los bancos y Bryce dejó mi plato con las dos pop tarts frente a mi. Luego me dio mi café.

She Saves MeWhere stories live. Discover now