Capítulo 20 - Parte III

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Una simple pero larga ducha fue lo que tuvimos. Sólo eso.

Él en ningún momento me hizo entender que quería algo más lo cuál me hizo feliz pues según él no podía sólo bañarse conmigo.

Eran las 9:15 y finalicé mi maquillaje.

—Lista— dije una vez que me levanté de la cama.

—Dejame verte.

Di un giro frente a él y sonrió ampliamente.

—Simplemente hermosa.

—¿Entonces si te gusta?

—Pues si, no está nada mal.

—No tenías porque pelearme en la tienda.

—Shhh.

Me acerqué al espejo mientras reía levemente y luego acomodé mi cabello un poco.

—¿Nos vamos?— me preguntó luego de ponerse de su perfume. Ese que yo tanto amaba.

—Andando— tomé mi bolso tipo sobre y salí de la habitación.

Bajé las escaleras y entonces me llevé con una gran sorpresa.

La madre de Bryce.

—¿Otra vez?— me rebasó y se colocó frente a ella —¿Qué quieres?

—Sólo quería ver como estabas.

—Estaba perfecto hace un minuto— me acerqué un poco a él y tomé su mano tratando de hacer que se relajara un poco.

Su postura perdió tensión pero se que seguía molesto, lo podía notar en la forma en la que miraba a su madre.

—¿Quién es ella?— preguntó mientras me miraba sonriente.

Estuve a punto de acercarme pero Bryce colocó su mano en mi pecho dejándome atrás de él de nuevo.

—Es Valerie.

—Hola— sonrió ella —Soy la madre de Bryce, Lydia.

—Mucho gusto— respondí.

—Vamos de salida, Lydia. Perdón— sonrió falsamente y tiró de mi mano haciéndome salir detrás de él.

—No tendrías porque ser tan grosero, es tu mamá— lo miré.

—No me importa— respondió luego de abrir la puerta del auto para mi.

—¿No hablarás con ella?

—No.

—No puedes solo dejarla, Bryce. Ha venido a verte, se preocupa por ti.

—Sólo sube, ¿Quieres?

—Bien...— subí al auto y por la ventana vi a la madre de Bryce abrazándose a si misma.

—Tu ganas— maldijo bajo luego de un suspirar.

Dejó un besó en mi frente por la ventana y se alejó de la ventanilla para volver a su madre.

Yo me quedé en el auto queriendo darles un poco de privacidad.

Pasaron varios minutos y Bryce finalmente volvió al auto luego de que su madre entró.

—Va a vivir conmigo— dijo mientras se acomodaba en su asiento.

—Eso es bueno, cariño— besé su mejilla y sonreí levemente mientras tomaba su mano.

—Tendrás que venir a horas decentes.

—Y tu tendrás que comportarte— di un leve toqué en su nariz y reí.

—Siempre lo hago.

—Supongamos que es así— continué riendo mientras lo miraba.

(...)

Varios minutos después nos encontrábamos en la fiesta, el pista de baile con exactitud.

Sus brazos rodeaban mi cintura y yo rodeaba su cuello. Nos movíamos lentamente de un lado a otro hasta que Wendy cambio de canción y nos señaló mientras reía.

—¡Demasiadas cursilerías!

Bryce rió mientras negaba con la cabeza y me dio vuelta. Ambos bailamos al ritmo de la música, conversamos el uno con el otro y con más de los invitados o amigas mías, jugamos carreras en el patio de Wendy (el cual era muy grande) encendimos bengalas, tomamos unas cuantas cervezas y simplemente la pasamos bien para haber sido una fiesta en lunes.

She Saves MeWhere stories live. Discover now